top of page

Rubielos de Mora, "Pórtico de Aragón. Uno de los pueblos más bellos y armoniosos de España.


La comarca turolense Gúdar Javalambre es tan desconocida, como sorprendente. El sur de Teruel enamora, con un paisaje precioso y un rico patrimonio histórico-artístico, en la mayoría de sus pueblos, como Mosqueruela, Puertomingalvo, Mora de Rubielos, La Puebla de Valverde..., y la magnífica villa que hoy vamos a visitar: Rubielos de Mora.


Conocida como "Pórtico de Aragón", porque se abre como un gran mirador sobre el altiplano de Teruel; o "Corte de Sierra", por las numerosas casas solariegas que encontramos a lo largo de sus calles señoriales; fue declarada, en el año 1980, conjunto Histórico-artístico. Posee multitud de edificios de interés, desde la colegiata de santa María la Mayor (XVII), los conventos de las Agustinas (XVI-XVII), y del Carmen (XVII), y ocho ermitas (siglos XV al XVIII), además de sus numerosos palacios y casas solariegas (están catalogadas más de veinte).


La despoblación acaecida en la segunda mitad del siglo XX en muchos pueblos aragoneses también pasó factura a Rubielos, pero gracias a la gran labor llevada a cabo por el escultor nacido en Rubielos, José Gonzalvo Vives, apoyado por todo el pueblo, se consiguió recuperar la riqueza monumental del lugar, hasta el punto que su restauración fue recompensada, en el año 1983, con el Premio Europa Nostra; asimismo, fue incluida en la red de Municipios por la calidad de vida Cittaslow; y elegido uno de los conjuntos más bonitos de España en mayo de 2013. También forma parte del llamado Camino del Cid, ya que es "puerta de entrada a los anillos del Maestrazgo y de Morella".


Escudo de la Villa.


El primer núcleo de población se remonta al año 1194, en torno al antiguo castillo (solo se conservan restos), situado en lo que hoy es el barrio del Campanar. La población fue creciendo, quedando relegado a un segundo plano este primer núcleo urbano. El nuevo Rubielos se extendía en la zona que comprendían los tres portales de entrada principales: la calle de San Antonio, la calle de Félix Cebrián y las calles de José Gonzalvo- Canónigo Aranda desde el portal del Carmen. Estos tres ejes principales están unidos por calles transversales a su vez, y todas ellas están jalonadas de magníficos edificios perfectamente conservados.


En el año 1248 Jaime I reincorporó el lugar al reino de Valencia, pasando a pertenecer al de Aragón en 1270, convirtiéndose en uno de los núcleos urbanos más importantes durante la Baja Edad Media en Teruel. En el año 1366, Pedro IV el Ceremonioso le concedió el rango de villa, por su apoyo en la Guerra de los dos Pedros (época en la que se construyó la muralla que la rodeaba), liberando también a los nobles que vivieran en Rubielos del pago de impuestos; este hecho trajo consigo el que muchos nobles del País Vasco, Navarra, Cataluña y Aragón erigieran en la localidad sus palacios.


En el siglo XVI comienza un importante cambio en la villa, culminándose en el siglo XVII con la construcción de la iglesia parroquial y el convento de Carmelitas, así como la del hospitalico, la ermita de los Desamparados, la fachada del hospital de los pobres, la ermita de san Roque y la de santa Ana. Todo ello nos muestra la importancia que tenía Rubielos en esa época, asentándose en la villa gran número de nobles, quienes levantaron formidables palacios y casas solariegas, ocupadas estas también por ricoshombres que se enriquecieron a causa del floreciente comercio, principalmente textil, aprovechando el abundante ganado lanar que había por aquella época.


En la fotografía vemos el escudo de la villa (Portal del Carmen) presenta: las barras de Aragón, la zarza de Rubus Idoeus, castillo de villa fortificada y la corona real de Pedro IV el Ceremonioso. El emblema de la zarza viene de la "interpretación etimológica del topónimo de Rubielos como procedente del latín rubus (zarza)", y es que en la zona existía gran número de zarzamoras.


Exterior del portal de san Antonio.


La localidad estaba rodeada por una muralla, construida durante la Guerra de los Pedros (el de Castilla y el de Aragón, entre 1356 y 1369). En ella se abrían siete puertas de entrada, de las que solo se conservan dos, la de san Antonio y la del Carmen. La primera era la principal y por ella entraban las autoridades y personas ilustres, y servía de acceso directo al antiguo camino que se dirigía a Mora de Rubielos. Fue construida en estilo gótico en el siglo XV.


El portal, construido en mampostería y sillar, tiene planta cuadrangular. En su parte exterior vemos una torre realizada en mampostería, en cuya parte inferior se abre la puerta de acceso al interior de la villa, en arco dovelado y ligeramente apuntado, en la parte intermedia se abren saeteras y un vano adintelado central, y sobre ellos un matacán soportado por tres canes, culminando con almenas.


En las jambas aún se pueden ver las ranuras del sistema de cierre con trancas y la de bajada del rastrillo.


Portal de san Antonio. Parte interior.


Por ella accedemos a la emblemática calle de san Antonio, jalonada por numerosas casonas solariegas. Es una de las calles más populares de Rubielos y una de las más bonitas del Maestrazgo turolense. Cada farola que encontramos en ella, tiene un motivo relacionado con la casa delante de la que está emplazada, un toro, un pajarito, un cerdo, una Virgen, una bandera..., realizadas por herreros locales, como el maestro de la forja Manuel Baselga, la Cooperativa La Zarza, y Forja Ros. Los primeros diseños de farolas fueron realizados por el escultor José Gonzalvo y ejecutados por Manuel Baselga.


A la derecha del portal de san Antonio podemos ver la casa de F. Igual, familia importante en Rubielos, tanto en lo político como en la economía del lugar. Es un edificio que se construyó a principios del siglo XX, pero no desentona con su entorno. Es de destacar la labor de forja y carpintería, en puertas y en los canes y balaustres de los balcones.


Casa consistorial, exterior.


Siguiendo por la calle de san Antonio nos encontramos con la plaza de Hispano América, de planta triangular y en la que se ubica el ayuntamiento de la localidad, de claro sabor gótico levantino. Es uno de los edificios que forman el magnífico conjunto de esta plaza, entre los que encontramos el palacio de los Creixell, el de los Villasegura, y la Fuente de la Morica o Negrita, que fue costeada por doña Manuela Igual, tal y como podemos leer en la inscripción a los pies de la escultura: "COSTEADA POR Dª MANUELA YGUAL MATA. VUDA DE D. ANTONIO YGUAL. 1897". Está realizada en bronce, y de estilo art-decó. Representa a una mujer con el torso desnudo, cubierta con un tocado oriental, que apoya su mano derecha en su cadera y su brazo izquierdo levanta un cantarillo que apoya en su hombre.


El ayuntamiento rubielino es diferente a cualquier otra casa consistorial aragonesa, tiene su propia personalidad, ya que en realidad fue construido como lonja o mercado, en donde se comerciaba. La parte superior era utilizada como granero, aunque actualmente se encuentran las dependencias consistoriales.


Fue realizado en mampostería, reservando la sillería para las esquinas, parte de la fachada principal y para los encuadres de puertas y ventanas.


La fachada principal presenta dos plantas, en la parte derecha se abre un gran arco de medio punto dovelado; en la parte izquierda un vano adintelado con una magnífica reja de hierro. En la planta noble tres balcones, uno de ellos situado sobre la puerta de entrada, sobre el que se puede observar el escudo de la villa. Remata el conjunto un alero de ladrillo.



Interior del ayuntamiento.


El ayuntamiento, declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento en 2001, presenta planta rectangular, alejada de la estructura característica de las casas consistoriales turolenses del Renacimiento. Fue construido en dos fases, en una primera, iniciada en 1546 por los maestros Joan y Joan Álvaro, se erigió la lonja; y en una segunda, entre 1570 y 1576 dirigida por el maestro Pedro de la Hoya, lo que conforma el edificio consistorial.


Tenemos que tener en cuenta que el edificio se construyó como mercado, la lonja era donde se comerciaba, y los almacenes, donde se guardaban las mercancías o grano, en la parte alta. Estas últimas dependencias son lo que hoy ocupan las oficinas municipales.


Lonja del ayuntamiento.


Nada más entrar en el edificio nos encontramos con una lonja de cuatro crujías con arcos de medio punto que apoyan en columnas toscanas. La cubierta presenta bovedillas de revoltón.


Al fondo podemos ver la escultura realizada por el escultor José Gonzalvo, en la que se representa a Pedro IV, monarca aragonés que concedió a Rubielos el título de villa el 5 de abril de 1366, en agradecimiento a su apoyo en la lucha que el rey aragonés mantuvo con el monarca castellano Pedro I el Cruel.



Lonja del ayuntamiento.


La lonja estaba compartimentada, es decir, en tiempos modernos se realizaron tabiques que enmascaraban la verdadera estructura de la misma. Se utilizó como escuela hasta 1910, en la posguerra fue cine. Finalmente fue rehabilitada entre 1969-1973, eliminando los añadidos y devolviéndole su aspecto original.


En la crujía posterior se encuentra una estancia que era utilizada como cárcel (fondo a la derecha de la fotografía); y a la izquierda se abre un patio descubierto, en el que encontramos la escalera que da acceso a la planta superior del edificio.



Antigua cárcel, en el interior del ayuntamiento.


La cárcel de Rubielos estaba situada en el antiguo castillo, en el barrio del Campanar. Esta dependencia que encontramos en el actual ayuntamiento era utilizada para encerrar a los presos y que sufrieran la humillación de ser contemplados por todos los vecinos. En ella pasaban unos días y luego eran llevados al castillo, en donde eran encerrados en una estancia sin luz, en espera de juicio.


En la estancia se conservan algunos instrumentos de tortura que, aunque no son originales, nos da a conocer los castigos que se infligían en aquella época a los encarcelados. La reja que cubre la ventana rectangular pertenece al convento de las Madres Agustinas.


Escalera que da acceso al piso superior.


A través de una escalera de piedra, realizada en 1630, se accede al piso superior en donde se abre una galería con arcos de medio punto. En este piso se sitúa el Salón de Sesiones y demás dependencias municipales.


Patio descubierto en el interior del ayuntamiento.


En la parte inferior vemos las arcadas de la lonja, y en la parte superior, la zona que da acceso a las actuales dependencias del ayuntamiento. En el centro vemos la fuente con los símbolos del escudo de Rubielos.


Patio descubierto en el interior del ayuntamiento.


Armazón de madera en las escaleras del ayuntamiento, que sostiene el volado alero de madera que cubre la mencionada escalera que da acceso a la parte superior.



Calle Nevatería.


En esta calle, cuyo nombre está relacionado con el comercio de la nieve, se encuentra parte de la fachada principal de la casa consistorial. Es una calle estrecha, jalonada de bonitas viviendas, y en muy buen estado de conservación.



Detalle de una portada en la calle Nevatería nº 2.


Las puertas de Rubielos, algunas adinteladas y otras en arco de medio punto dovelado, acompañan al conjunto monumental. En general se trata de puertas entabladas, decoradas con clavos de cabeza ancha, semicirculares colocados en líneas horizontales que también servían como elementos de refuerzo y de unión.


La sencilla puerta que vemos en la fotografía es también entablada, con dintel de piedra decorado, conservando, en su parte inferior, una especie de batipuerta (típica de la localidad de Candelario, Salamanca), para proteger la propia puerta.


Palacio Villasegura.


Siguiendo por la calle de san Antonio, el primer edificio que nos encontramos, en el nº 12, es esta magnífica casa-palacio, conocida como palacio Villasegura.


Su historia comienza con la influyente familia Tonda-Serret, verdaderos mecenas de la construcción de la colegiata de santa María la Mayor. Los Tonda estaban asentados en Fortanete, será con Melchor de Serret-Tonda y de Pedro (tercer patrono de la colegiata de Rubielos y diputado de Teruel en las Cortes de Aragón), quien decidió construir una gran mansión en Rubielos, residiendo en ella desde 1708. En Rubielos se casó con Mariana Sánchez de Cutanda y García, con la que tuvo tres hijas, María, Josefa y Manuela. Será esta última, la heredera. En la documentación de las cuentas de la casa se describe así este palacio: "unas casas sitas en dicha villa de Rubielos con su capilla que esta saca la puerta a la calle, con su jardín y descubierto, que afrenta con calle San Antonio, plazuela de la Casa de la Villa, abrevadero que llaman el Pozuelo, casa de don Josepf Cebrián, casa de de Josepf Narbón, casa de mosén Francisco Gorriz, muro de la Villa, casa de Romualdo Conejos y callizo que sale al portal de San Antonio".


La hija de Melchor de Serret, doña Manuela, se casó, en este palacio, con Juan Ferrer y Gil de Palomar (la familia Ferrer provenía de Monroyo), oficiando la ceremonia el obispo de Teruel. Según un inventario del palacio, realizado en 1751, se comentaba el refinamiento, lujo y calidad de la decoración del mismo. Juan Ferrer y Manuela Serret tuvieron dos hijos: Joaquín y Juan Manuel (deán de la colegiata).


En el año 1755 Joaquín Ferrer y Serret-Tonda (quinto patrono de la colegiata), se casó con la zaragozana Mariana Blanco, Oña-san Juan, Abarca y Felices, hija de Antonio Blanco y Abarca, II marqués de Villasegura (título que le fue otorgado por Felipe V en 1703 a Antonio Blanco y Godino). Debido a su enlace, Joaquín Ferrer y Serret-Tonda fue nombrado administrador del "Estado marquesal de Villasegura"; y su esposa, doña Mariana, al morir sus hermanos, se convirtió en la quinta marquesa de Villasegura, heredando la fortuna familiar y por consiguiente la mansión de Rubielos. A la muerte de su esposo, en 1787, se hizo cargo de la gestión de la casa-palacio de Rubielos, donde eligió vivir, a pesar de las numerosas mansiones que poseía en Huesca, Zaragoza, u otras localidades aragonesas


Palacio de los marqueses de Villasegura.


Estamos ante un magnífico edificio realizado en mampostería y sillería. Es uno de los más grandes de la zona (ocupando una parcela de 1.300 m2), y tres alturas. En la planta baja se abren dos portadas adinteladas, una da paso al zaguán del palacio y la otra a la pequeña capilla bajo la advocación de la Virgen del Pilar. Los vanos que se abren en la fachada presentan magníficos trabajos de forja. En el último piso corre la típica galería aragonesa de arcos de medio punto, cubierto por un gran alero con canes de madera.


Actualmente el palacio es propiedad particular y no se puede visitar. Un azulejo en la fachada indica que en ella nació Joaquín Segura, marqués de Villasegura, quien tuvo un papel destacado en la Guerra de la Independencia.


Detalle de tercer piso del palacio Villasegura.


En su exterior destaca su galería de arquillos y su alero de madera de pino negro, tallado en una sola pieza. También son de interés los trabajos de forja de los balcones y rejas de los vanos.


En la parte inferior derecha de la fotografía podemos ver la escultura ubicada en la Fuente de la Morica o Negrita, que ya hemos comentado anteriormente.


Portada del palacio Villasegura.


La portada se abre en un lateral del edificio, es bastante sobria y sencilla. Cuenta con un vano adintelado y flanqueado por pilastras estriadas sobre altos basamentos y acabadas en bolas. En el dintel, y bajo el balcón, el escudo nobiliario.


En el siglo XIX se utilizó como fábrica de tejidos, siendo restaurada posteriormente, convirtiéndose en una de las casas mejor conservadas de la localidad.


Palacio de los condes de Creixell.


Situado en la misma calle de san Antonio, junto al de los marqueses de Villasegura, es un edificio de estilo barroco, construido por los condes de Creixell, de origen catalán, con descendientes en Aragón y Valencia. En 1691 le fue concedido, por parte del rey Carlos II, el título de conde de Creixell, a don Ramón Sagarriga y de la Puente.


El edificio es famoso porque en él vivió y estableció su cuartel general el general Cabrera, 1835 en las Guerras Carlistas, tal y como figura en una inscripción en la fachada: En la fachada hay una placa de cerámica donde se lee: "EN ESTA CASA EL GENERAL CABRERA ESTABLECIÓ EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1835 SU CUARTEL GENERAL CON MOTIVO DEL ASEDIO DEL REDUCTO LIBERAL EN EL CONVENTO DE LAS CARMELITAS". Asedió que trajo consigo la matanza de numerosos vecinos y soldados liberales que se defendieron hasta la muerte. Este hecho es considerado uno de los más trágicos de la contienda Carlista.


Fachada del palacio de los condes de Creixell.


Es un edificio de mampostería encalada en color claro, al gusto barroco, y decoración lineal de color negro en los balcones. Tiene tres alturas y ático, con un gran alero de media caña de yeso, en el que se abren óculos de iluminación. En el piso inferior se abre la portada adintelada sobre la que aparece el escudo del linaje. En el segundo piso, se abren cuatro balcones, y en el tercero, cinco; y a la derecha un reloj de sol.


Patio palacio de los condes de Creixell.


Los patios en Rubielos tienen gran personalidad, es la primera estancia que ven las visitas, por ello suelen estar muy decorados, como es el caso del zagüán o patio del palacio Creixell. Es considerado uno de los más bonitos de la localidad, cubierto con bovedillas de revoltón. Destaca la magnífica escalera de madera de nogal, con barandillas de celosías y pasamanos de madera.


Callejón que comunica la calle san Antonio con la calle Nevatería.


Al fondo podemos vislumbrar la fachada del palacio de los condes de Creixell. Destacan las rejas de las ventanas de esta casona.


Calle de Vicente Pascual y Esteban.


Calle que parte de la de san Antonio. En ella, en el nº 26, encontramos la casa en la que nació un 22 de enero de 1768, Vicente Pascual y Esteban el 22 de enero de 1768. Importante personaje en su tiempo, fue sacerdote y político español, diputado y presidente de las Cortes de Cádiz, y bajo su mandato se promulgó la mítica Constitución de 1812.


En Cádiz, en el Oratorio de san Felipe Neri, podemos ver una placa-homenaje a este prohombre rubielano, homenaje que el propio Rubielos de Mora hizo a su vecino ilustre: "1812-1988. Homenaje de la villa de Rubielos de Mora (Teruel) a su Ilustre diputado por la ciudad de Teruel, don Vicente Pascual y Esteban. Presidente de las Cortes de Cádiz. En sesión histórica de aprobación de la Constitución de 1812. Nació el 22 de enero de 1768 en Rubielos de Mora. Falleció el 24 de marzo de 1815. 21 de octubre de 1988".


Edificio en la calle san Antonio nº 6.


Vivienda con la típica solanera en la planta superior. Estos elementos se utilizaban como lugar aireado y cubierto para tender la ropa, secar productos agrícolas, etc.


Vista de la calle de san Antonio.


Siguiendo por la calle san Antonio, podemos ver a izquierda y a derecha la arquitectura típica de Rubielos, en algunos tramos de las calles parece que los aleros se juntan.


Casa en la calle san Antonio haciendo esquina con la calle Josefa Villanueva.


En este tramo encontramos las llamadas "Cuatro Esquinas", confluencia de la calle Josefa Villanueva y Barberanes con la de san Antonio. En una placa podemos leer: "Estas son las cuatro esquinas y las cuatro son de acero. Quiero entrar y no me dejan. Quiero salir y no puedo".


Calle Josefa Villanueva. Casa de los condes de Florida.


Desviándonos desde la calle san Antonio a la izquierda, nos adentramos en la estrecha calle Josefa Villanueva y Polo, hija de don Marcelino Villanueva (propietario del comercio que luego pasaría a llamarse "Casa Bayo"), y doña Manuela Polo. Josefa era considerada una benefactora de Rubielos, ya que se preocupó por la fundación del asilo para ancianos y niños, falleciendo en 1885 a la edad de 19 años.


En la mencionada calle, encontramos una de las casas solariegas más sobresalientes de Rubielos, es el palacio de los condes de Florida. En cuya planta baja se abre el emblemático comercio, que hemos mencionado anteriormente, "Casa Bayo". Marcelino Villanueva, padre de Josefa, tenía un comercio en 1871, en el que trabajaba como dependiente Andrés Bayo Pérez, al fallecer Villanueva en 1884, debió de coger el negocio el aprendiz Bayo, siguiendo en manos de esa familia hasta nuestros días.


Casa de los condes de Florida.


Esta casa-palacio perteneció a los condes de la Florida, también se la conoce como Comercio de Andrés Bayo o Casa Bayo. El título de conde de la Florida fue concedido por Carlos III, el 27 de abril de 1798, al infanzón, y por esas fechas Regidor Perpetuo de Teruel, don Pedro Federico Dolz de Espejo y Pomar, quien había contraído el 18 de enero de 1788 matrimonio en Rubielos con doña Joaquina Gargallo Pujadas y Blanco, vecina de la villa.


El conde de la Florida construyó casa en Rubielos de Mora, un edificio entre medianerías, realizado en sillería, con tres pisos. En ellos se abren tres grandes vanos adintelados y moldurados.


Destaca en el piso superior la galería de arquillos de tradición aragonesa, rematada por un volado alero doble de madera



Blasón de la casa de los condes de Florida.


En la planta baja se abre la portada principal, adintelada sobre la que vemos el escudo familiar, con un "castillo de oro con puertas y ventanas de sable en campo azul, en el escudo aparece un yelmo y la cruz de Calatrava". En la segunda planta dos balcones moldurados y un pequeña ventana, con bella labor en madera. La tercera planta se abre con una galería de doce arquillos, culminando con un alero doble de madera con profusa decoración.


Calle de san Antonio llegando a la plaza del Sol.


Como curiosidad deciros que en una de las viviendas que jalonan esta calle, en el nº 19, encontramos tallado sobre los canes de la portada principal de la casa, el símbolo del oficio al que se dedicaba su propietario. En este caso se puede ver una especie de jarra, dando a conocer que el oficio de su dueño era alfarero. En otras calles, también podemos ver símbolos dedicados a panaderos, agricultores, etc.


Plaza del marqués de Tosos. Palacio de los marqueses de Tosos y condes de Samitier.


Siguiendo por la plaza del Sol y la calle de la Raza, llegamos a la plaza del marqués de Tosos o de la Sombra, en donde encontramos dos edificios emblemáticos de la localidad, a la izquierda de la fotografía la excolegiata de santa María la Mayor; y a la derecha, la Casa de los Marqueses de Tosos y condes de Samitier, también conocida como Casa de los Barberanes.


La mandó construir don Joaquín Barberán y Ulzurrun en 1761 enfrente de la portada de la colegiata, formando un conjunto magnífico. Actualmente está dividida en tres viviendas, ocupadas por la familia Ram de Viu.


Edificio de mampostería, con un alero de media caña con lunetos. Formado por tres pisos. En la planta baja se abre una gran portada neoclásica adintelada con pilastras coronadas con florones, y escudo nobiliario; en los demás pisos se abren balcones con trabajos de forja.


Colegiata de santa María la Mayor.


Hasta principios del siglo XVII la iglesia parroquial estaba situada en el exterior de la villa (desde comienzos del XVII pasó a formar parte del convento de las Madres Agustinas Recoletas). Su ubicación era incómoda para los rubielanos, por ese motivo, tras finalizar la casa consistorial (1523-1571), en 1604, se comenzó a construir una nueva iglesia parroquial. Sus artífices fueron el francés Juan de Lacambra, pero al morir éste sin ver finalizada la obra, retomó la construcción uno de sus discípulos, Pedro Ambuesa, quien cubrió la iglesia y levantó la torre-campanario. El nuevo templo fue consagrado el 12 de septiembre de 1620, por el obispo de Teruel Tomás Cortés. La construcción del templo fue muy costosa en tiempo y dinero.


También en el siglo XVII, gracias al empeño del familiar del Santo Oficio de la Inquisición de Valencia, y oriundo de Fortanete don Salvador Tonda y Guerau (enterrado en la iglesia en la primera capilla del lado de la Epístola), fue nombrada colegiata, con su deán y colegio de canónigos. En 1851, con el Concordato con la Santa Sede, se extinguió el título de colegiata. Tres fueron los linajes turolenses que desempeñaron el patronato de la iglesia colegial: los Tonda de Fortanete; los Serret de Cantavieja; y los Ferrer Monroyo, los dos últimos pasaron a residir en Rubielos.


La torre, fue terminada en 1627. Consta de tres cuerpos de planta cuadrada, siendo el cuarto, octogonal, en el que se encuentran las campanas (una de ellas datada en 1476).


Portada de la colegiata.


En la excolegiata se construyeron dos portadas, una a cada lado de la tercera crujía, que se abren hacia la plaza de la Sombra, la principal; y a la plaza del Sol, la segunda.


La portada principal, se abre en el lado del Evangelio, cobijada en un pórtico cubierto con bóveda de crucería y abierto en arco de medio punto. La protege una reja, realizada por el maestro Manuel Baselga, diseñada por el escultor y benefactor del pueblo José Gonzalvo.


La fachada de la portada consta de dos cuerpos, en el primero con columnas dóricas; y el segundo, en donde se abren hornacinas, en donde se encuentra el titular del templo y el escudo de Rubielos.


Interior de la colegiata de santa María la Mayor.


Es un edificio de planta rectangular con una nave única de grandes dimensiones; seis capillas laterales (la capilla bautismal, la de la Purísima, la del Carmen, la del Salvador, del Rosario y de san José); coro, con sillería barroca; y sala capitular (del siglo XIX).


En 1844 el altar mayor sufrió un incendio, destruyendo el retablo mayor. En 1859 se realizó uno nuevo con un lienzo de la Coronación, copia de Velázquez. La cúpula del presbiterio fue realizada en 1619 por el estuquista Francisco Miliqueta.


Retablo. Maestro de Rubielos.


En el interior de la excolegiata, en la capilla de los Tondas o del Rosario, se guarda la joya del templo. Se trata del retablo gótico, obra del denominado "Maestro de Rubielos". Antiguo retablo mayor de la primitiva iglesia parroquial de la localidad, que, como ya hemos comentado, se ubicaba en el actual convento de las Agustinas, a extramuros de Rubielos.


Retablo de la Virgen.


Es una magnífica obra del Gótico Internacional, realizada entre 1404 y 1412, por el llamado "Maestro de Rubielos", identificado como Gonçalo Peris Sarria, discípulo del pintor valenciano Pere Nicolau. En él se relata diversos episodios de la vida de la Virgen y la Pasión de Cristo. La tabla central no se conserva in situ, para algunos historiadores pudiera ser la tabla de la Virgen con ángeles, depositada en el Museo del Louvre de Paris.


Es un retablo de 7 metros de alto y 6 de ancho, en el que podemos admirar 53 escenas de la vida de la Virgen, la Pasión de Cristo, evangelistas, santos y santas venerados en Rubielos.


En este vuelo por Rubielos solo comentaremos por encima este retablo, que tendrá en un futuro un estudio en profundidad.


Calle Joaquín Arnau, casa donde nació el mencionado el insigne rubielano.


La calle que vemos en la fotografía es la dedicada al doctor Joaquín Esteban Arnau e Ibáñez, y la casa donde nació en 1850, como pone en una inscripción en el mismo edificio: "Doctor en letras y catedrático de la Universidad de Valencia. Ciudadano ejemplar, político consecuente, filósofo profundo, notable escritor y orador elocuentísimo".


Se trata de un edificio con dos portadas en arco de medio punto dovelado. Con tres alturas, con vanos adintelados y el último piso es un solanar.


Calle del doctor Arnau.


Al final de esta calle y haciendo esquina con la plaza de Igual y Gil, nos encontramos con uno de los edificios más peculiares de Rubielos. Se trata de la llamada "Casa de los Leones".


Casa de los Leones.


En la fachada de la calle del Doctor Arnau vemos el motivo del apelativo de la casa, ya que en ella, y sobre la portada lateral del edificio, hay un escudo tallado en piedra con dos leones, macho y hembra que sostienen un árbol sobre el que hay una cabeza humana (posiblemente es el escudo de los Aznárez-Galíndez). En esta casona vivió el canónigo Dobón, posteriormente pasó a ser propiedad de la familia Ygual, y actualmente es un hotel.


Plaza Igual y Gil.


Plaza también llamada "de los Toros", en la que encontramos edificios de gran interés. El primero que vamos a comentar es el ya mencionado "Hotel de los Leones", antigua casa señorial, hoy convertida en un hotel con encanto (a la derecha de la fotografía). En la fachada vemos una decoración a base de líneas, son de época moderna, ya que los dueños del hotel las colocaron para evitar el deterioro de la fachada.


Es un edificio de tres alturas. En la planta inferior se abre la portada, que ha perdido su decoración y tres vanos, sobre ellos tres balcones y otro vano adintelado. En el tercer piso se abren balcones corridos de madera, a modo de solaneras; rematando todo el conjunto un gran alero de canes decorados.


En el lateral meridional de la plaza (a la izquierda de la fotografía), flanqueado por la calle del canónigo Aranda, a la izquierda; y a la derecha, por la calle Miguel Cervera, podemos admirar este edificio que sigue la estructura de la arquitectura tradicional de Rubielos, construido con tres alturas, en la parte inferior se abren dos portadas, una en arco de medio punto con grandes dovelas, y la segunda con dintel horizontal de madera que apoya en canes de piedra, sobre ellas una serie de canes sostienen un balcón corrido y sobre éste, dos ventanas con trabajo de forja, culminando el edificio con un volado alero de madera.


Casa Vivo-Roca.


Contigua a la también interesante Casa de los Gascón, encontramos la casa Vivo-Roca, perteneciente a la familia Vivo, también conocida como casa Milagros Cebrián o Corbatón. Consta de dos portadas, una se abre en arco de medio punto dovelado, y la otra con dintel que apoya en canes de piedra.


El edificio sigue la pauta de la arquitectura rubielana, de tres plantas. En la planta baja se abren dos portadas. La principal se abre en arco de medio punto con grandes dovelas (tiene una de las aldabas más bonitas de la localidad), flanqueada en la parte superior por dos ventanitas con forja. A la derecha de la misma, se abre otra portada con dintel adintelado que apoya en canes de piedra; y a la izquierda un gran ventanal con trabajo de forja y madera. En el piso superior se abren tres balcones simétricos, entre los que vemos el escudo con un reloj de sol; y sobre ellos otros tres vanos y un ventanuco, culmina el edificio un gran alero de madera. Como curiosidad decir, que, como otras casas rubielanas, posee un oratorio particular.


Calle Miguel Cervera.


Calle que parte de la plaza Igual y Gil. Calle dedicada en 1986 al practicante que trabajó en la localidad y que fue muy querido por todos los rubielanos. En ella podemos otros bonitos rincones de la localidad.


Calle Sangre de Cristo.


Esta calle que se abre también a la plaza Igual y Gil está dedicada a una antigua cofradía, cuya sede se ubica en el Hospitalico (1749), y que se encuentra en esta misma calle. En ella y haciendo esquina con la plaza Igual y Gil se construyó este edificio que vemos en la fotografía, con una cuidada decoración, y un magnífico trabajo de forja en sus balcones.


Saliendo a la plaza, nos encaminamos hacia la calle del escultor José Gonzalvo, en cuyo edificio nº 8 nació el benefactor de Rubielos y famoso escultor; siguiendo, la mencionada calle, nos dirigimos hacia la emblemática plaza del Carmen.


Plaza del Carmen. Convento de Carmelitas.


Esta plaza tiene planta en L, no tiene estructura medieval, ya que fue remodelada a principios del siglo XVII, al construir el convento del Carmen, que fue financiado en 1608 por el boticario del rey Felipe II, don Miguel Navarro. La obra se terminó en 1662 ocupándolo monjes pertenecientes a la Orden de los Carmelitas Calzados. Durante la contienda Carlista sufrió graves daños, ya que el General Cabrera se instaló en él (1835).


A causa de la Desamortización de Mendizábal (1835-1837) el conjunto pasó a manos de un empresario textil, quien construyó en su interior su fábrica, cerrando la empresa en 1977. Durante la Guerra Civil (1936-1939), fue hospital del ejército de Navarra. Posteriormente, en 1979, pasó a ser propiedad de la familia del escultor José Gonzalvo (actualmente hay en el edificio un museo dedicado a este artista), quienes vendieron parte del conjunto conventual a la Diputación Provincial de Teruel, utilizándolo para exposiciones y congresos la parte alta; y como teatro, en la inferior.


Su exterior es muy sobrio, destaca el esbelto campanario y la portada de la iglesia, dedicada a san José.


Claustro del convento del Carmen.


La parte más importante del conjunto monástico es el claustro (la iglesia se sitúa en el ala occidental del mismo). Tiene planta rectangular con dos pisos, el inferior se abre con arcos de medio punto sobre columnas toscanas; y el superior, actualmente, por medio de una arquería acristalada. En este último se ubica el Museo José Gonzalvo, en el que se puede admirar no solo la obra escultórica de este insigne artista rubielano (busto de Carlos V, Goya, Ramón y Cajal, Buñuel, Joaquín Costa, etc.), sino también la pictórica. Ya hemos comentado que esta parte es actualmente propiedad particular, en la que se sitúa el mencionado museo y viviendas particulares.


Casona en la plaza del Carmen.


En la plaza del Carmen, justo al lado del antiguo Convento de las Carmelitas podemos ver esta casona, típica casa señorial, con su portada dovelada en arco de medio punto, sus trabajos de forja, su solanar y su alero.


Casa de los Lloret.


Situado en el lado meridional, tiene apariencia de un pequeño castillo, realizado en estilo neogótico. Hoy en día se encuentra el Hotel de la Villa, un hotel con encanto.


Enfrente al edificio podemos contemplar una de las obras que el escultor José Gonzalvo realizó para Rubielos, se trata del Toro embolao, un homenaje a las fiestas tradicionales de la localidad. Una de las fiestas más celebradas, desde 1987, es el mercado o fiesta medieval que se celebra el último fin de semana de agosto, con música, venta de artesanía, recreaciones históricas, y el tradicional toro jubillo o toro embolado, que se corre en la medianoche del sábado, todo ello acompañado por la sustitución del alumbrado eléctrico por antorchas de fuego que los rubielanos colocan en sus balcones y ventanas.


También enfrente del edificio vemos la fuente, del siglo XVI, que anteriormente se encontraba colocada delante de la antigua iglesia parroquial, a extramuros de la villa.


Edificio de la Plaza del Carmen nº 1.


En el lateral oriental de la plaza encontramos este magnífico edificio de estilo modernista, que junto a la casa de los Lloret y al convento de los carmelitas proporciona un aspecto señorial a esta plaza.



Plaza del Carmen e interior de la Puerta del Carmen.


En la plaza del Carmen se abre el portal con el mismo nombre, construido en el siglo XIV-XV, perteneciente a la antigua muralla de la localidad, abierto enfrente del camino de las Monjas, y que comunicaba, hasta el siglo XVII, la antigua iglesia parroquial con el interior de la villa.


Entrando, a la izquierda, encontramos el antiguo convento de las Carmelitas, del siglo XVII. El portal del Carmen está realizado en mampostería, se abre en arco de medio punto, en la parte superior vemos un pequeño balcón en donde se sitúa la capilla de la Virgen del Carmen, y encima de ella una hornacina con la imagen de san José.


En la plaza vemos magníficos ejemplos de arquitectura popular, con trabajos de forja, tan importantes en la zona, así como sus aleros y sus escudos.


Exterior de la Puerta del Carmen.


Es una robusta torre, por la que se accede a la villa a través de un arco de medio punto, sobre el que vemos el escudo de la villa, que ya hemos comentado al comienzo de nuestro vuelo, flanqueado por dos saeteras. Culmina con almenas, en uno de los merlones de la almena, el escultor José Gonzalvo colocó, en el siglo XX, un búho de forja.


Forja en Rubielos de Mora. Llamador con forma de animal fantástico.


En toda la comarca de Gúdar-Javalambre, el trabajo de la forja fue y sigue siendo muy importante. En Rubielos podemos encontrar magníficas rejas, herrajes, cerraduras y llamadores. Estos últimos eran los que defendían espiritualmente el hogar. Eran representados con diferentes formas (fálicas, manos, aros, monstruos, animales, etc.). Piezas que fueron utilizados como objeto fijo en las puertas para llamar golpeando.


En la fotografía vemos un ejemplo de aldaba, picaporte o llamador con forma de animal fantástico. Este animal tenía una función de protector, ya que era considerado un animal benéfico.


Llamador con forma de dragón.


Actualmente también destaca Rubielos por los trabajos de forja artística, como los magníficos ejemplos que, desde hace más de cuarenta años, realiza la Cooperativa La Zarza. De su taller han salido las verjas que hoy podemos admirar en el palacio de La Aljafería de Zaragoza.


Llamador con forma de animal fantástico.


Llamador con forma de perro.


El perro es el guardián de la puerta y el destructor de espíritus malévolos.


Argolla de amarre para caballo.


Seguramente utilizado para atar a los equinos que se dejaban en la calle. Es un simple aro o argolla que está unido a la cabeza de un caballo, trabajada en forja, y que está situada en la fachada de una de las casas de Rubielos.


Llamador con mano de Fátima sujetando una bola. Palacio Villasegura.


El uso de la forja es también una constante en la zona del Maestrazgo. Allá donde mires la encuentras: en los picaportes, aldabas, llamadores o trucadores y clavos que decoran las puertas de las casas, así como en las trabajadas rejas de las ventanas.


Las puertas aparecen en muchas ocasiones decoradas con clavos, éstos son piezas de refuerzo, pueden adoptar diferentes formas (estrellados, esféricos, cuadrifoliados, calados, etc.).


Para finalizar este paseo por la forja de Rubielos os pongo una de las aldabas que más me llamó la atención, la podéis ver en la puerta principal del palacio de Villasegura. Es una mano que sujeta una bola, sobre una placa ornamentada con decoraciones bellamente caladas, muy de la época renacentista. Este tipo de llamador recibe el nombre de "Mano de Fátima", en realidad es el martillo que golpea al tas, o pieza que recibe el golpe. Esta mano era considerada como un amuleto que se colocaba en las puertas de las casas para alejar a los malos espíritus, convirtiéndose con el tiempo en un llamador. Es la pervivencia de una aldaba medieval musulmana en la España cristiana.


La mano de Fátima tiene cinco dedos, cuyo simbolismo está en el mismo número cinco, o "Jamsa" en árabe, ya que coincide con el número de oraciones que deben de realizar los musulmanes a diario. La mano aparece adornada con un puño en el extremo superior de la aldaba.


Paisaje de la comarca Gúdar-Javalambre.


Hasta aquí nuestro vuelo por este pueblo de ensueño, pasear por sus calles nos transporta a tiempos lejanos. No quiero terminar este pequeño paseo por Rubielos sin dejar de nombrar el convento de Agustinas, situado a extramuros y cuya iglesia del siglo XIV fue la primitiva iglesia parroquial de Rubielos; la ermita de los santos Abdón y Senén (la más antigua, siglo XV); la de santa Ana; la de santa Bárbara, la de los Desamparados, la de san Roque y la del Calvario. Tres museos podemos visitar en la villa, además del de la Región Ambarina de Dinópolis (dinosaurios), encontramos otros dos dedicados a importantes artistas locales: el, ya comentado, Museo Gonzalvo, dedicado al escultor José Gonzalvo (ubicado en el antiguo convento de Carmelitas); y la Fundación Museo Salvador Victoria (instalado en el antiguo Hospital de Gracia del siglo XVIII), donde podemos ver una interesante colección de arte contemporáneo aragonés y obra de este insigne rubielano.


Para terminar hablaros de su variedad paisajística, con las gargantas de los ríos Mijares y Rubielos, el río Estrecho, la sierra de Matanzas y Bolaje Alto y Bajo, el embalse de las Balagueras, y el paisaje de la Sierra del Maestrazgo y sus hermosos enclaves..., sin olvidarnos de las numerosas e interesantes masías que encontramos en la zona, pequeños núcleos agrícolas, que conforman vivienda y tierras, ya mencionadas en el siglo XIII, algunas de ellas actualmente han sido rehabilitadas como casas rurales. Rubielos de Mora, verdaderamente es un lugar para conocer y disfrutar.


Espero qué os haya gustado ¡Hasta el próximo vuelo!




BIBLIOGRAFÍA:


-IBÁÑEZ GONZÁLEZ, E. Javier: Rubielos de Mora. Guía de monumentos, paisajes, fiestas y servicios turísticos. Teruel, Instituto de Estudios Turolenses (CSIC), Excma. Diputación Provincial de Teruel. 2000.

-FUERTES DE GILBERT ROJO, Manuel: Insigne colegiata de Rubielos de Mora y sus patronos: https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/39/28/10fuertes.pdf


-Arquitectura civil en Rubielos de Mora: http://mural.uv.es/ramarma4/civil.html


-ÁGREDA PINO, A. M. y HERRANDO SEBASTIÁN, P.L. Arquitectura civil en la comarca de Gúdar Javalambre, colección territorio nº 13: Comarca Gúdar Javalambre, Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2004.


-SANCHO BAS, J.C.: "Arquitectura religiosa en la comarca de Gúdar Javalambre", colección territorio nº 13: Comarca Gúdar Javalambre, Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2004.


-Rubielos de Mora: https://www.rubielosdemora.es/


-Rubielos de Mora. Artesanía: https://www.rubielosdemora.es/cultura/artesania/


-Linajes de Rubielos: https://linajesderubielos.wordpress.com/2020/07/30/comercio-casa-bayo/


-VV.AA: Comarca de Gúdar-Javalambre: https://bibliotecavirtual.aragon.es/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3600211


--Linajes de Rubielos: https://linajesderubielos.wordpress.com/2018/05/18/los-condes-de-florida-en-rubielos-de-mora/


Comments


Artículos recomendados
bottom of page