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Pórtico de santa María de los Reyes. Laguardia (Álava. Pais Vasco. España), una verdadera joya del arte gótico.



Laguardia es una preciosa ciudad amurallada, capital de La Rioja Alavesa, y tierra de buen yantar y buen vino. Fue fundada en el siglo X, conservando casi intacto su trazado medieval. En ella podemos admirar las iglesias de san Juan Bautista y la maravillosa Santa María de los Reyes, con su fantástico pórtico. La iglesia parroquial de santa María es el principal monumento religioso de Laguardia, situado al norte de la localidad, en él desembocan las principales calles de Laguardia: la calle santa Engracia, la calle Paganos y la calle Mayor, que es la que vemos en la fotografía.


La iglesia se comenzó a construir en estilo románico en el siglo XII, aunque la obra principal se realizó entre los siglos XIII al XV, por lo que el templo es un edificio básicamente gótico. En el siglo XVI se demolió la cabecera y se reconstruyó siguiendo las pautas renacentistas.




Pórtico de santa María de los Reyes.


La parte más importante del edificio es la portada sur, en la que se abre un pórtico en piedra, de finales del siglo XIV. Es una auténtica joya del arte gótico, de autores anónimos, glorificando la figura de la Virgen. Su mecenas fue el rey de Carlos III de Navarra, el Noble, siendo restaurada y policromada en 1698, predominando en ella los tonos dorados, rojos y ocres. El contrato se realizó el 5 de septiembre de ese mismo año, con el maestro Juan Francisco de Ribero y Arredondo, conminándole a: "El cerramiento de las grietas en la piedra, emplastecer bien las uniones, que la calidad de los colores se debe realizar con aceite de linaza o de nueces, según los puntos de policromía, con carmines de Indias, con la finura de los de Florencia, prevaleciendo los azules, cenizas y finos esmaltes". Con el paso del tiempo los colores se fueron desvaneciendo, siendo restaurada, esta maravillosa portada, por José Eguía y Carlos Ruíz de Ocenda, en 1983.


Durante la Guerra de la Independencia el pórtico se utilizó como cuartel, sufriendo también gran deterioro durante las Guerras Carlistas. El fantástico nivel de conservación de este pórtico se debe a estar protegido por un porche exterior que lo ha preservado de las inclemencias del tiempo.


Iconográficamente se trata de una portada donde se exalta a la Virgen, relatando pasajes de su vida. Destaca la calidad de los escultores, que dieron a las figuras un realismo casi renacentista, los rostros individualizados, sus miradas y gestos, llenos de sentimientos.




Pórtico de santa María de los Reyes.


La portada tiene forma abocinada, en cuya parte central se abre una gran doble puerta de madera con arcos trilobulados escarzanos, calados y separados por un parteluz. Sobre él, un tímpano dividido en tres niveles. La portada se organiza a partir de un alto basamento sobre el que encontramos un friso con decoración de tipo geométrica y floral, sobre el que se asientan los altos pedestales en los que se apoya el apostolado que se sitúa en las jambas. Sobre éstas, cinco arquivoltas, que siguen la pauta gótica, colocando las imágenes, que las decoran, siguiendo la dirección de los arcos, figuras que celebran la Gloria de María.




Arquivoltas.


En la primera arquivolta se representan ángeles músicos, con laudes, gaita, salterio, arpa, trompeta, etc., que acompañan a las escenas que componen el tímpano. Separa esta arquivolta de la siguiente una intermedia, con decoración filomórfica.




Arquivoltas.


En la tercera arquivolta se presentan santas y mártires portando sus respectivos símbolos de martirio. Del mismo modo la arquivolta intermedia se decora con ornato filomórfico.




Arquivoltas.


En la arquivolta exterior están talladas esculturas de reyes y profetas del Antiguo Testamento.




Arquivoltas.


Sobre cada una de las imágenes que decoran las arquivoltas se colocó un doselete que también cumple la función de pedestal a la imagen superior. En las claves de las arquivoltas se representan ángeles portando libros, corona, incensarios...




Enjuta del lado derecho.


En la enjuta derecha vemos dos imágenes que representan al rey Sancho Abarca, fundador de Laguardia, y su esposa doña Urraca (para otros no es tan clara tal identificación, y se trataría de Carlos III y doña Leonor).




Apostolado lado izquierdo.


Flanqueando el parteluz de la doble portada que da acceso al templo, se colocaron en las jambas las esculturas de los apóstoles, seis a cada lado. Cada figura dispone de su propio espacio limitado por delgadas columnillas que son una continuación de los baquetones que separan las arquivoltas. Las esculturas son de gran calidad, talladas de pie sobre altos pedestales poligonales, en donde podemos ver la inscripción con el nombre de cada apóstol. Estos pedestales están ricamente decorados con gabletes floreados y tallas de animales fantásticos. Todas las imágenes están colocadas de pie, bajo gabletes floreados y tallas de animales y monstruos.




San Pablo y san Juan Evangelista.


En el lado derecho de la portada se representa a san Pablo, al lado de san Juan Evangelista. Ambos llevan sus atributos en las manos.


San Pablo está sustituyendo al apóstol san Judas Iscariote, se le presenta con la espada con la que fue decapitado y con el libro en su mano izquierda. Mientras san Juan, el menor de los apóstoles, está figurado como joven imberbe, llevando su tetramorfos, el águila, como evangelista, encima de su libro correspondiente (todos portan libros en sus manos).


Cada evangelista es representado con su símbolo especial, inspirado en la visión de los cuatro seres vivientes, que comenta el profeta Ezequiel (EZ. I, 4ss) y que recoge el Apocalipsis: "El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro humano; y el cuarto era semejante a un águila en pleno vuelo" (Apoc. 4, 6ss)



Detalle de san Pablo y san Juan evangelista.


Los rostros son personalizados, el único imberbe esculpido es san Juan. Representando gran minuciosidad en los detalles anatómicos, como venas, tendones, etc., así como en el tratamiento de las barbas y cabellos. Cada uno de ellos es una obra de arte por si mismo.




San Bartolomé y san Felipe.


Todos los apóstoles están en posición frontal, aunque algunos ladean un poco la cabeza. La vestimenta, de gran riqueza cromática, tiene unos plegados muy naturales.


A la izquierda se presenta san Bartolomé, llamado Natanael, hijo de Talemai, con un demonio encadenado. Según narran los evangelios apócrifos, el santo se presentó en un templo donde estaba el demonio Astaroth, que estaba curando enfermos, el apóstol demostró su ineficacia y lo expulsó del templo. Según la tradición el santo fue despellejado vivo y murió decapitado.


A la derecha, vemos a san Felipe, se le suele representar con una cruz en forma de T, era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro (Jn. I, 44). La tradición lo presenta como evangelizador en Frigio o Escitia, siendo lapidado y crucificado. En este caso porta las piedras con las que fue lapidado.



Santiago el Menor y san Judas Tadeo.


Santiago, a la izquierda, es llamado el menor, quizás por su baja estatura, para diferenciarlo de Santiago el Mayor. Era hijo de María de Cleofás, hermana de san José, y hermano de Judas Tadeo y Simón el zelote. Fisicamente dicen que era muy parecido a Jesús. Fue lapidado en Jerusalén y rematado por un batanero que le aplastó el cráneo de un mazazo.


San Judas Tadeo, a la derecha, era hijo de Cleofás y de María de Cleofás, hermana de san José, hermano de Santiago el Menor y primo de Jesús, con el que guardaba gran parecido.




Lado izquierdo de la portada.


En este lado se representan otros seis apóstoles, en la misma disposición que en el lado derecho.




San Pedro y san Andrés.


Ambos portando sus atributos.




San Pedro y san Andrés.


A san Pedro, se le identifica popularmente por un par de llaves, que son su atributo característico e inconfundible. Es uno de los apóstoles que tiene un lugar predominante, siendo protagonista de numerosos episodios del Evangelio. Siempre se le representa con rasgos rudos, barba corta y tupida, y pelo ensortijado. Era hermano de Andrés y pescador en Betsaida de Galilea. Lleva las llaves del cielo, según lo prometido por Jesús, "llevarás las llaves del Reino de los Cielos" (Mt. 16, 19). Murió en Roma, crucificado, pero pidió fuera ser clavado cabeza abajo.


A san Andrés se le representa con la cruz con la que fue martirizado. Fue el primer apóstol, hermano de Pedro, cuya profesión de pescador compartía.




Santiago el Mayor y santo Tomás.


Santiago era hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Juan. Según cuenta la tradición llegó en apostolado a España, en Cesar augusta recibió la visita de María, quien le animó en su tarea y le dejó un pilar, en donde se construyó un templo. Fue hasta Galicia, y de vuelta a Jerusalén fue ejecutado por Herodes Agripa. Su cuerpo fue llevado de nuevo a España, siendo encontrado en el año 830 en Compostela, convirtiéndose desde entonces el lugar en un centro de grandes peregrinaciones. Por ello el apóstol suele ser representado con las vestimentas típicas de un peregrino, con el bordón, el zurrón y el sombrero de alas anchas con una vieira o venera boja abajo, que es como está representado en esta obra.


Santo Tomás es recordado por su incredulidad, tanto en lo referente a la Resurrección de Cristo, como a la Asunción de la Virgen.




San Simón y san Mateo.


San Simón, llamado también el Zelote o el Cananeo, se le presenta con el libro en su mano izquierda, mientras en su mano derecha, quizás portara el serrucho con el que fue martirizado, aunque no se conserva.


San Mateo aparece acompañado de su tetramorfos, el ángel. Llamado Leví, era recaudador de impuestos, y fue el primer evangelista. Y como evangelista le corresponde el rostro humano, mencionado en tercer lugar en el Apocalipsis y en primer lugar por Ezequiel (I.10), por ello lleva un ángel en su mano izquierda.




Detalle de san Simón y san Mateo.




Virgen de los Reyes.


Situada en el parteluz de la doble portada que da acceso al templo encontramos la bella imagen de la Virgen de los Reyes, sobre un alto pedestal, decorado en su parte inferior con figuras de los pecados capitales, y en la superior, el pecado original. Es una escultura de buena talla. Está colocada de pie con el Niño en su brazo izquierdo, moviendo ligeramente la cabeza para mirarle y esbozando una dulce sonrisa.


En la parte posterior se abre una doble puerta que da acceso al interior del templo, está cerrada con arcos trilobulados escarzanos, decorados en enjutas y calados entre los lóbulos. Estos arcos sirven de base al tímpano, que luego comentaremos.




Virgen de los Reyes.


La Virgen de facciones delicadas, vuelve ligeramente la cabeza hacia el Niño, con lo que da sensación de unión entre ambos. El Niño porta en sus manos un ave, que presenta a su madre. A los pies de la Virgen un dragón, símbolo del pecado, es pisoteado por ella, "viene a prefigurar el dogma de la Inmaculada Concepción".




Virgen de los Reyes.


La figura de la Virgen realiza una pequeña torsión, por encima de la cintura, para contrarrestar el peso del Niño y lograr un equilibrio natural. En las vestiduras se ve la gran riqueza cromática.




Tímpano.


Compuesto por tres franjas horizontales, separadas por frisos con decoración vegetal, en las que se relatan una serie de pasajes de la vida de la Virgen, para glorificar su figura. Comienza por la Anunciación, Visitación, Epifanía, en la parte inferior; en la intermedia, los apóstoles acudiendo a la casa de María; la Dormición, y la Asunción. Y rematando el ciclo, en lo alto del tímpano la Coronación de María, cerrando el ciclo de la Glorificación de la Madre de Dios.




La Anunciación y la Visitación.


La escena de la Anunciación, en la franja inferior izquierda, comienza la secuencia narrativa, con la aparición del arcángel san Gabriel a María, dándole la buena nueva. A la Virgen se la representa como una mujer joven embarazada; en el centro y en el suelo un jarrón con azucenas, símbolo de pureza de María. Gabriel sujeta en su mano izquierda una filacteria, en la que seguramente pondría: "AVE MARIA, GRATIA PLENA, DOMINUS TECUM". María sostiene entre sus manos un libro, que hace referencia a las "profecías de Isaías, que según los teólogos medievales, María estaba leyendo en el momento en el que apareció el arcángel".


En la siguiente escena vemos la Visitación de María a su prima santa Isabel, siguiendo el relato bíblico. Se plasma el encuentro de las dos mujeres. Isabel, mayor que María se inclina ligeramente ante su prima y entrelazan sus manos.




Epifanía.


La escena siguiente detalla la Epifanía o Adoración de los Reyes Magos. La primera figura pudiera ser San José, imberbe y joven, sosteniendo en su mano un bastón y totalmente ajeno a la escena que se está desarrollando a la derecha o bien un paje que acompaña al séquito real. La Virgen y el Niño, están situados en el otro extremo, María sentada en un trono sostiene a Jesús en su regazo, el cual contempla al rey Melchor, que arrodillado le está presentando sus respetos, el rey se ha despojado de la corona como rasgo de humildad y vasallaje. En el centro aparece la estrella de ocho puntas.


A la izquierda un segundo mago, joven e imberbe, con aire elegante y opulosamente vestido, como los otros dos, lleva una copa en su mano izquierda y está en clara conversación con el mago que representa a Baltasar, también con ricas vestiduras y portando, a su vez, una copa como regalo a Jesús. Baltasar está pintado de negro, policromía realizada en el siglo XVI, ya que con anterioridad no se representaban rasgos raciales. Podemos contemplar que los rasgos de Baltasar no son negroides, sino que fue pintado a posteriori. Con anterioridad al siglo XVI se representaban a los tres reyes blancos, plasmando las tres edades del hombre, no las diferentes razas o continentes.


El siguiente personaje es un paje, también pintado de negro que sostiene los caballos del séquito (aparecen tres), tanto el paje como el rey Baltasar muestran vestimentas más exóticas.



Dormición de la Virgen.


La segunda franja completa la historia de la Virgen, con la Dormición y la Glorificación de María. Se presenta en tres escenas, a la izquierda la llegada de los apóstoles, en el centro la Asunción; y a la derecha, la Dormición.


Fue en el gótico, cuando la figura de la Virgen alcanza su cenit, tanto en lo devocional, litúrgico, dogmático y artístico. Estos pasajes se narran en la leyenda Dorada y en los evangelios apócrifos asuncionistas. Todo lo relacionado con la vida de María, está rodeado de un gran misterio, en la Biblia no hay testimonios de su vida tras la muerte de Jesús, ni de su muerte, ni de dónde fue enterrada. Durante los seis primeros siglos la muerte o Dormición de María fue silenciada, no implantándose la festividad de la Dormición hasta el siglo VI y el de la Asunción hasta el siglo VII. Pero tanto el cristianismo como los relatos apócrifos coinciden en afirmar que la Virgen ascendió al cielo en cuerpo y alma.



Llegada de los apóstoles.


En el friso intermedio, en el extremo de la izquierda, aparecen los apóstoles en dos filas superpuestas, sobre una serie de nubes, contemplando la escena que se desarrolla en el extremo derecho: la Dormición de la Virgen. La imagen sigue el texto apócrifo de san Juan bautista el teólogo y de la Leyenda Dorada, quienes relatan que los apóstoles fueron llevados en una nube por el cielo hasta el lecho de muerte de la Virgen. Cuando el ángel le anunció a María su próxima muerte, ella dijo: "con mayor empeño te pido que antes de mi partida vengan junto a mi mis hijos y hermanos los apóstoles..." El primero en llegar fue san Juan, el resto: "sendas nubes descendieron sobre los aludidos apóstoles, se apoderaron de ellos y los transportaron por el aire, dejándolos en un instante a todos colocados delante de la casa de María".




La Dormición de la Virgen.


En el friso intermedio, en el extremo derecho, se presenta el lecho mortuorio de María, rodeada de los apóstoles, san Juan toma sus manos apoyando su cabeza en ellas, mientras otro apóstol delicadamente le sujeta la cabeza. En el centro aparece Cristo de mayor tamaño, que lleva en su brazo izquierdo una pequeña imagen de María, que simboliza el alma de la Virgen.


La festividad de la dormición de María se comenzó a celebrar a mediados del siglo VI. En la obra se ha plasmado el momento en el que el alma de María sale de su cuerpo y vuela a los brazos de su Hijo.




Asunción de María.


En el centro de la franja intermedia, aparece, en una mandorla dorada, la imagen de María entronizada, sostenida por tres ángeles, mientras lanza su cinturón a santo Tomás, como prueba de su Asunción, quien aparece arrodillado en la parte inferior (siguiendo los textos apócrifos: las narraciones del pseudo José de Arimatea y la Leyenda Dorada, que relatan como estando el apóstol en la India, en el momento de la muerte de la Virgen, fue transportado al monte Olivete para ver la Asunción, arrojándole María el cinturón con que ella habitualmente ceñía su túnica, para que se cerciorara por si mismo de lo que había sucedido (muerte y asunción de la Virgen) y él lo había negado).


La primera referencia a la Asunción la hallamos en la liturgia oriental, ya en el siglo IV se celebraba la fiesta de El Recuerdo de María, que conmemoraba la entrada al cielo de la Virgen. En el siglo VI la fiesta se denominaba Dormitio o Dormición de María, en el siglo VII pasó a llamarse Asunción. Este tema lo tratan los relatos apócrifos, y aparecen en los siglos IV y V, pero el más difundido fue el Libro de san Juan Evangelista, el teólogo, ya que en los Evangelios no se menciona el tema. La aceptación de la Asunción corporal de María penetró en Occidente a través de un texto atribuido a san Agustín, en el siglo XII. Pero no fue hasta 1950 cuando el Papa Pío XII lo definió como dogma de fe.


En lo que se refiere a su plasmación en el arte occidental, no será hasta partir de finales del siglo X o principios del XI cuando el tema de la Asunción propiamente dicho, mediante la subida de María al cielo en cuerpo y alma ayudada por ángeles, sea tratado. Y a partir del románico se representan la Dormición, la Asunción y la Coronación.




Coronación de María.


En la parte superior del tímpano se talló la Coronación de la Virgen. Se plasma el instante en el que la Virgen está recibiendo la corona sobre su cabeza. La corona es portada por un ángel que desciende de lo alto para depositarla sobre la cabeza de la Virgen. Ésta, está sentada a la diestra de su Hijo, ambos entronizados, tiene las manos en actitud de oración y gira su rostro para contemplar a Jesús, quien alarga la mano derecha para bendecirla, mientras en la izquierda porta un libro cerrado. A ambos lados dos ángeles portando instrumentos musicales, siguiendo el relato de la Leyenda Dorada: "Los ángeles se regocijan... Las Dominaciones la celebran en sus cánticos / los Príncipes unen sus voces, / las Potencias acompañan con sus instrumentos musicales, / Querubines y Serafines entonan himnos."


La coronación de la Virgen es un tema popular, cierra el ciclo de la muerte y glorificación de María, y, como otros episodios de la vida de María, no aparece en los Evangelios, por ese motivo los artistas para representar estas escenas deben acudir a los textos apócrifos y de los Padres de la Iglesia como fuente de inspiración. A esta escena hace referencia un escrito apócrifo, atribuido al obispo de Sardes, Melitón (siglo II): "Transitus Beatae Mariae", popularizado por san Gregorio de Tours en el siglo VI, y relatado en la Leyenda Dorada en el siglo XIII. En él se narra que María subió a los cielos en cuerpo y alma y allí fue coronada por Cristo. La primera vez que se representó en el arte este tema fue en Francia en el siglo XII, en el tímpano de la catedral de Notre Dame de Senlis. Durante la Edad Media y primer Renacimiento la Virgen era coronada solo por Cristo, sin ningún personaje más, excepto el coro celestial de ángeles.


Con esta escena culmina el programa mariano del tímpano dedicado a la Virgen.


Hasta aquí nuestro vuelo por esta magnífica portada gótica de santa María de los Reyes de Laguardia, una verdadera maravilla. Espero que os haya gustado.


Hasta el próximo vuelo.



BIBLIOGRAFÍA


-TRAVIESO, J. M.:


-LAHOZ, M. Lucía: Aproximación estilística e iconográfica a la portada de Deva y sus relaciones con el gótico alavés: https://www.eusko-ikaskuntza.eus/PDFAnlt/arte/16/16005054.pdf



-SÁENZ RODRÍGUEZ, M.; y ÁLVAREZ CLAVIJO, M.T.: Los temas iconográficos de la Anunciación-Coronación y de la Asunción en la escultura de los siglos XII-XIII en La Rioja, y sus relaciones con Álava: https://core.ac.uk/download/pdf/11496453.pdf


-AZCÁRATE DE LUXÁN, Matilde: La coronación de la Virgen en la escultura de los tímpanos góticos españoles: : https://web.archive.org/web/20201124202220/http://revistasculturales.ucm.es/index.php/ANHA/article/download/ANHA9394110353A/31809

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