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Iglesia de santa Cristina de Lena (Oviedo). Un misterio a resolver.


Lado oriental del templo.


La iglesia de santa Cristina de Lena está situada en el concejo de Lena, en una colina de la parroquia de san Lorenzo de Felgueras, al sur de Oviedo, y es considerado uno de los edificios más singulares del prerrománico asturiano. Su construcción, en el mencionado lugar, puede estar relacionado con un desaparecido conjunto palaciego ubicado en lo que hoy se conoce como "El Palacio". Hay que mencionar que cerca de ella se encontraron restos de una villa romana: "Villa Memorana" (en las inmediaciones de Vega del Ciego), también recordar la existencia, cerca del templo, de la calzada romano-medieval, vía de La Carisa, que unía la meseta con el centro de Asturias; de la iglesia de santa María de Castiecho, donada por Alfonso III a la iglesia de Oviedo; y el lugar de Vega del Rey, "topónimo que conserva reminiscencias regias y de propiedad sobre el territorio". También, como luego veremos, hay que tener en cuenta los restos visigodos reaprovechados en el templo.


Lado oriental del templo.


Estamos ante uno de los edificios más importantes en el arte prerrománico asturiano, encuadrándose su construcción dentro de la etapa ramirense, bajo el reinado de Ramiro I (842-850), y de su hijo Ordoño I (850-866), etapa tan fructífera en el arte prerrománico con obras como el conjunto palatino del Monte Naranco (san Miguel de Lillo y santa María del Naranco), con los que tiene analogías estilísticas notables, que bien pudiera ser de los mismos autores. Fue declarada Monumento Nacional en 1885 y Patrimonio de la Humanidad, junto con otros edificios prerrománicos asturianos, en 1985.


Exterior del templo desde el este. Cabecera.


No se conserva ninguna documentación sobre esta iglesia, motivo por el cual ha sido muy debatida su historia. Su origen es desconocido, para algunos se trata de un edificio de origen visigótico del siglo VII, siendo reformado posteriormente, ya que en él quedan numerosos restos visigóticos reaprovechados, como ya hemos dicho. Las primeras referencias documentales sobre el templo las encontramos en los siglos XVII y sobre todo en el XVIII. En 1771, el pintor Francisco Reiter habló de ella, recogiendo sus comentarios Ciriaco Miguel Vigil en 1877; pero el primer estudio más profundo lo realizó Gaspar Melchor de Jovellanos, quien, en 1793, realizó planos y dibujos del edificio.


La cabecera se sitúa en la fachada este, formada por un espacio rectangular cubierto interiormente por bóveda de medio cañón y exteriormente con tejado a dos aguas.


Ventana de la cabecera.


En el muro de la cabecera se abre una ventana ajimezada dividida por cuatro columnillas con capiteles con decoración, flanqueada por dos contrafuertes.


Exterior del templo desde el norte.


El edificio ha sufrido varias obras de restauración, en los siglos XIX, XX y en el XXI. La más profunda fue en el año 1893, realizada por Juan Bautista Lázaro, cuando el edificio amenazaba ruina. La rehabilitación afectó fundamentalmente a la techumbre, reconstruyéndose, asimismo, la tribuna y la escalera de acceso, así como sustituyéndose el enlosado original.


En 1935 fue reparada por Alejandro Ferrant, tras los daños producidos por los sucesos revolucionarios de octubre de 1934; entre 1966 y 1970 llevó a cabo una nueva restauración Luis Menéndez-Pidal y Álvarez; en 1988 se realizó una intervención arqueológica en la que aparecieron dos sillares de piedra que aún conservaban restos de pintura al fresco (la iglesia estaba decorada en sus muros y bóvedas por pinturas al fresco, actualmente desaparecidas); y la última intervención fue en 2012, según proyecto de Cosme Cuenca y Jorge Hevia. Hoy en día el templo está totalmente restaurado y es visitable con un horario establecido.


Ventana trifora de la estancia norte.


Solo se conservan dos ventanas triforas originales, la ya mencionada de la cabecera y la de la capilla del lado norte.


Exterior del templo desde el oeste.


El templo está dedicado a santa Cristina, mártir italiana que no tiene tradición en Asturias, quizás en su origen tuviera otra advocación, que fue cambiada siglos después.


Un último estudio llevado a cabo por el arqueólogo Iván Muñiz, en 2024, al encontrar un capitel y un epígrafe de finales del siglo IX con la advocación de san Clemente, sostiene que el templo se construyó a finales del siglo IX, bajo la advocación de san Clemente (para guardar la reliquia de este santo Papa procedente de Crimea). Esta afirmación choca con las diferentes opiniones de historiadores del arte que defienden que el edificio formaba parte de un conjunto palaciego, ordenado construir por el rey Ramiro I, aunque la consagración sería posterior. También existe un análisis petrológico realizado por la geóloga Araceli Rojo, que afirma que según los materiales empleados en los morteros, se debe datar en el siglo VIII, más de cien años antes de la fecha que Muñiz da por válida. El misterio está servido.


Lo cierto es que se desconoce para qué fue construida, para algunos se trata de una iglesia perteneciente a una pequeña comunidad monástica; para otros su origen es la capilla de un complejo palatino suburbano (como ya hemos comentado), teoría reforzada porque en ella existe una tribuna real, pero no se tiene ninguna certeza.


Exterior del templo desde el suroeste.


Iglesia realizada en sillarejo irregular, unido por mortero de cal y arena. En las esquinas encontramos sillares escuadrados ensamblados a soga y tizón.


También es conocida como la "iglesia de las esquinas", por la perfecta simetría de sus volúmenes cúbicos exteriores, y por los contrafuertes exteriores, en número de treinta y dos. Su planta de cruz griega (característica principal de las iglesias cruciformes visigodas), la hace única en la arquitectura asturiana.


Celosía fachada oeste.


En la parte superior de las fachadas este y oeste encontramos dos celosías, reproducción de las originales que se conservan en el Museo Arqueológico de Asturias. Son de piedra caliza blanca y con decoración cruciforme calada.


Entrada al templo. Lado occidental.


La portada, situada en la parte occidental, se abre en arco de medio punto dovelado, apeada sobre columnas entregas sin decoración; está flanqueada por dos contrafuertes y cubierta por un tejado a dos aguas, bajo el que se abre un pequeño vano que ilumina la tribuna que se sitúa en la parte superior del vestíbulo.


Nártex del templo.


Pasando la portada se accede al nártex abovedado que, a través de un vano adintelado, permite el acceso al interior de la iglesia. Sobre él se alza la tribuna regia.



Entrada al templo.


Interior del templo. Vista de la nave y del iconostasio.


Iglesia de una sola nave rectangular (lo que la relaciona con la arquitectura visigótica y la destaca de las iglesias prerrománicas asturianas, en las que predominan las plantas basilicales), de 10 m de longitud y 6 m de ancho, en la que se abren, en el centro de cada uno de sus cuatro lados, estancias funcionales (el portal o nártex a los pies; la cabecera orientada al este; y dos habitáculos a izquierda y derecha de la nave).


La nave tiene cinco tramos en forma cuadrangular, definidos por los arcos fajones que apoyan en la arquería ciega que recorre los muros laterales.


La cabecera está en alto, a la que se accede a través de dos escaleras laterales.


Vista de la nave y la tribuna real desde la cabecera.


Sobre el nártex se alza la tribuna regia, estructura que encontramos en varias iglesias asturianas, y que en el caso de Lena, se prolonga sobre el primer tramo abovedado de la nave, sostenida por un gran arco de medio punto. A la tribuna, tras las reformas del siglo XIX, se accede a través de una escalera adosada al muro del Evangelio (en origen tenía escaleras en ambos lados).


Esta tribuna permitía al rey y a su séquito asistir a los oficios litúrgicos independientemente del pueblo. Parece ser que esta tribuna tenía dos alturas, la parte central más alta que las laterales, para establecer la preeminencia real sobre el resto de los cortesanos que accedían a ella, según han demostrado las excavaciones realizadas por Sabine Noack-Haley y Lorenzo Arias.


La parte inferior de la tribuna se cubre con bóveda de cañón de similares dimensiones a las del vestíbulo.


Parte inferior de la tribuna.


A ambos lados de la parte inferior de la tribuna se abren dos pequeñas estancias abovedadas, a las que se accede mediante arquillos de medio punto, desconociéndose su función, aunque para algunos piensan que pudieran haber servido para alojar a los peregrinos que acudían al templo.


Bóveda de la nave.


El interior tiene una anchura considerable, de cinco tramos marcados por arcos fajones de medio punto que descansan en una moldura que recorre todo el perímetro interior. La bóveda se realizó en la reforma de finales del siglo XIX (la bóveda original se había derrumbado siendo sustituida por una techumbre de madera).


Bóveda de la nave.


La bóveda es de cañón está sostenida por arcos fajones reforzados en el exterior por contrafuertes.

En la reforma llevada a cabo en 1893, se incorporó, a lo largo de la bóveda, un marco de hierro en doble T, enlazado, a su vez, por fuertes barras, para sostener la bóveda de cañón.


Muro lado norte.


Los muros interiores de la nave están recorridos por una galería de arcos ciegos de medio punto peraltados sostenidos por semicolumnas adosadas a la pared, que rematan con los típicos capiteles troncopiramidales ramirenses, al igual que en la sala superior del belvedere del Naranco.


Muro lado norte.


Las arquerías que cubren los muros nos recuerdan al edificio de santa María del Naranco, como ya hemos comentado. La bóveda de cañón se apoya en columnas entregas simples, de fustes lisos y capiteles troncopiramidales, diferenciándose con santa María del Naranco en que ésta tiene columnas dobles y los fustes están decorados con el típico sogueado asturiano, y en Lena no.


En las enjutas de la arquería mural vemos tres medallones en relieve con representación de felinos, y el característico sogueado asturiano.


Capilla lateral lado norte.


Las dos capillas laterales eran habitáculos destinados a servicios o sacristías, aunque no se sabe a ciencia cierta su uso. Ambas están cubiertas con bóvedas de medio cañón.


La capilla del lado norte está iluminada por una ventana trifora formada por cuatro columnillas con arcos de tradición mozárabe.


Muro lado sur.


Al igual que en el lado norte los muros se cubren con arquerías ciegas. En este lado se encuentra la escalera que da acceso a la tribuna regia.


Capilla lado sur.


Esta capilla fue reconstruida en el siglo XIX, y en su muro frontal se abre un pequeño vano para su iluminación.


Vista del iconostasis desde la tribuna regia.


La pieza más original es la arquería transversal que, a modo de iconostasio, delimita jerárquicamente el espacio destinado a los fieles con respecto al de los oficiantes, siendo accesible por medio de dos escaleras adosadas a los muros laterales.


En este espacio, durante la consagración, se colocaba un telón para que fuera un momento íntimo y reservado.


Cancel y triple arquería.


Probablemente fue erigida durante una segunda fase constructiva. Son tres arcos de medio punto sobre columnas de mármol y capiteles clásicos, reaprovechados. Es una estructura única en el panorama artístico medieval español, relacionada con las arquerías de la mezquita de Córdoba o las de la iglesia mozárabe leonesa de san Miguel de Escalada.


Capitel de la arquería.


Los capiteles son del siglo VII, algo toscos, de orden corintio, decorados con hojas de acanto muy esquematizadas. Son capiteles reutilizados.


Parte superior de la iconostasis.


Sobre la arquería se eleva un segundo cuerpo en el que se han colocado cinco celosías, algunas reconstruidas, visigóticas reaprovechadas. Tres colocadas en el centro de los arcos y dos en las enjutas que forman éstos.


Celosías del iconostasis.


Las celosías de las enjutas presentan cala reticulada; las de los extremos, formas cruciformes; y la central está formada por cinco arquillos de herradura, claramente de tradición mozárabe. En una de ellas se puede leer: "Telio 681", el año corresponde a nuestro 643.


Cancel del iconostasis.


Bajo el arco central del iconostasio se colocó un gran cancel formado por tres piezas monolíticas visigóticas reaprovechadas y decoradas a bisel con clípeos y formas vegetales, con racimos, cruces y rosetas. Son dos placas rectangulares unidas por una pieza vertical central.


Inscripción del cancel del iconostasis.


En la parte superior, las placas, tienen una inscripción: "OFFERET FLAINVS ABBA IN ONORE APOSTORLOR (um) d(E)I = S(an)C(t)OR(um) PETRI PAVLI": "El Abad Flaino lo ofrece en honor de los apóstoles del Señor, los santos Pedro y Pablo" (que bien pudiera confirmar una fundación primitiva visigótica dedicada a ambos santos). Y en la pilastra central encontramos otra inscripción: "ANTISTI SANTII T", sin que sepamos su significado.


Una estructura parecida la encontramos en la iglesia mozárabe del siglo X de san Miguel de Escalada de León. Para Lorenzo Arias las piezas pudieran proceder de un templo visigodo de la segunda mitad del siglo VI, el cual estaría dedicado por el abad Flainus a san Pedro y san Pablo.


Cabecera de la iglesia.


Tras el iconostasis y en un nivel superior, el muro de la cabecera repite la misma decoración que en los muros laterales, con arcos ciegos de medio punto sobre columnas, en este caso dobles y sogueadas, con capiteles decorados con felinos, sogueados, etc.


En su interior se conserva la talla barroca de santa Cristina, del siglo XVIII.


Capiteles columnas.


Los capiteles presentan analogías con los del Naranco, son capiteles reutilizados de origen visigodo, pero más toscos.


Son de tradición protobizantina, y como los del Naranco presentan leones afrontados que voltean su cuello sobre el lomo, las marcadas divisiones triangulares están decoradas con el típico sogueado, y minúsculos personajes en la parte inferior.


Cabecera.


Santa Cristina de Lena tiene un solo ábside, hecho anómalo en el prerrománico asturiano, ya que en la mayoría de templos fueron construidos con tres. Se accede al interior a través de un arco de medio punto dovelado sobre dobles columnas sogueadas, flanqueado por dos nichos abiertos en arco de medio punto peraltado, dando la sensación de que se trata de una cabecera triple. Estos nichos quizás sirvieran para colocar objetos litúrgicos.


La decoración es a base de medallones adosados al muro, situados en las enjutas de los arcos, así como decoración animal y vegetal en los capiteles troncopiramidales.


Ábside.


Se sitúa en la fachada este, es un espacio rectangular cubierto por bóveda de medio cañón. En sus muros corre una arquería ciega adosada. Y se ilumina a través de una ventana ajimezada dividida por cuatro columnillas que apoyan en capiteles.



Hasta aquí nuestro recorrido por esta interesante iglesia asturiana, espero que os haya gustado. Hasta el próximo vuelo.



BIBLIOGRAFÍA:


-ARIAS PÁRAMO, Lorenzo: Prerrománico asturiano. El arte de la monarquía asturiana. Gijón. Ediciones Trea s.l., 1993.


-ARIAS PÁRAMO, Lorenzo: Santa Cristina de Lena, nº 6 Arte Prerrománico. Oviedo, Ed. Nobel, 2009.



- Restos arqueológicos pueden probar que en origen estaba dedicada a san Clemente: https://www.lavozdelena.es/santa-cristina-de-lena-sigue-sembrando-dudas-con370556

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