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Iglesia de san Salvador de Valdediós (Asturias). Una de las obras más destacadas del prerrománico.



Conjunto de Valdediós.


En el valle de Boides (posteriormente llamado de Valdedios), próximo a san Pedro de Ambás, en Villaviciosa, en un paraje de bosque y praderas, al nordeste de Oviedo, encontramos este conjunto monumental, cuya iglesia, bajo la advocación de san Salvador, es una de las obras maestras de la arquitectura prerrománica asturiana.


A la izquierda la iglesia de san Salvador, a la derecha la iglesia de santa María de Valdedios.



San Salvador de Valdediós.


Su situación, en un paraje en plena naturaleza, nos permite una observación completa del edificio desde todos los ángulos.


La iglesia se reformó en varias ocasiones, en el siglo XVIII cuando se repitaron los muros interiores; en el siglo XIX se suprimió el pasadizo que la unía al monasterio de santa María de Valdediós y el pórtico añadido a la portada del templo. En 1954 llevó a cabo labores de restauración Luis Menéndez-Pidal. En 1970 se reconstruye la estancia norte del templo. En 1980 se rehabilita la cubierta. Y en el año 2010 se efectúan trabajos en la fábrica y en los revestimientos murales.



Santa María de Valdediós.


Así mismo, podemos contemplar a escasos metros, al sur de esta magnífica iglesia, otro templo románico, con claustro renacentista y diversas dependencias, de lo que fue el monasterio cisterciense de santa María de Valdediós, construido a principios del siglo XIII, que comentaremos en otro artículo.

La iglesia de San Salvador estaba comunicada con este conjunto monástico cisterciense a través de un pasadizo que fue derribado en el siglo XX por la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Oviedo.



Alfonso III el Magno.


La iglesia de san Salvador, para algunos autores, fue ordenada erigir por el rey Alfonso III el Magno como un complejo palaciego al estilo de los construidos en Santullano y en el monte Naranco. Proclamado rey en 866, casó con la noble navarra, Jimena, con la que tuvo varios hijos, entre ellos los futuros reyes García I, Ordoño II y Fruela II, hijos que le obligaron a abdicar y le recluyeron en san Salvador según se menciona en el Chronicon Sampiri: "ETENIM OMNES FILII REGIS, INTER SE CONJURATIONE FACTA, PATREM SUUM EXPULERUNT A REGNO, BOIDIS VILLAM IN ASTURIIS CONCEDENTES": Los hijos del rey conjurándose contra su padre, destronáronlo y señalándole por lugar de residencia la villa de Boides en Asturias.


Durante su reinado el reino asturiano alcanzó su mayor expansión territorial. Fue el monarca que donó la célebre Cruz de la Victoria a la catedral de Oviedo, emblema del principado, y que hoy se conserva en la Cámara Santa. Murió en el año 910, trasladándose la capital del reino de Oviedo a León en 909, siendo el último monarca del reino de Asturias.


Sin ninguna duda este rey tuvo algo que ver con la construcción de la iglesia, tal y como comenta en su obra el "Chronicon Sampiri" el obispo Sampiro de Astorga a principios del siglo XI, en la que se refiere a los edificios levantados por Alfonso III: "INTRA OVETUM CASTELLUM ET PALATIUM QUOD EST JUSTA ILLUD, ET PALATIA QUAE SUT IN VALLE BOIDIS": en Oviedo, el castillo y palacio inmediato al mismo, y los palacios sitos en el valle de Boides.



Iglesia de san Salvador de Valdedios.


Del conjunto real que se levantó en el Valle de Dios, con pabellones y palacetes, solo se conserva la iglesia dedicada al Salvador, el "Conventín", como popularmente se le conoce.


Fue declarada Monumento Histórico-Artístico el 3 de junio de 1931, Patrimonio Histórico Español el de 16 de junio de 1985 y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, inscrito con otros monumentos prerrománicos asturianos con el nombre de “Iglesias del Reino de Asturias”, en 1985 .


Esta iglesia pertenecía a un viejo monasterio, ya desaparecido, de la orden benedictina, que permaneció en él durante trescientos años, siendo sustituída esta Orden, en el siglo XIII, por una comunidad de cistercienses, momento en el que se construyó el nuevo templo de santa María, situado enfrente de san Salvador.



Fachada meridional con el pórtico lateral, la sacristía, y la capilla de los Obispos.


La fecha de erección del templo no es del todo segura, para algunos historiadores se realizó durante el reinado de Alfonso III, aunque para otros autores solo se erigió en ese momento el pórtico sur, que vemos en la imagen.


En la fotografía podemos ver el sistema de iluminación de la iglesia, en cuya nave central se abren ocho vanos (cuatro al norte y cuatro al sur) bajo su bóveda, para iluminar directamente el interior del templo.



Pórtico meridional.


Está realizado con una magnífica sillería de piedra de arenisca, con portada que se abre en arco de medio punto y tres vanos de medio punto, el central con bella celosía.


Este pórtico preludia las galerías porticadas del propio arte asturiano, mozárabe y románico.



Detalle de la celosía.


Decorada con "entrelazos en cuadrícula".



Interior del pórtico sur, visto hacia occidente.


Se cubre con bóveda de cañón, de ladrillo, sobre cinco arcos fajones que apoyan, en el lado norte, en columnas adosadas a los estribos del muro; mientras que en el lado sur los arcos apoyan en capiteles con función de ménsulas.


La entrada al templo se verifica por medio de una puerta adintelada, situada en la nave lateral de la epístola.



Detalle de la celosía en el pórtico sur.


Ventana con celosía de rejería con motivos de "róleos y cogollos de inspiración cordobesa, posiblemente debida a un artífice mozárabe", o a un "experto en el arte musulmán que ha plasmado su arte dentro del estilo asturiano"


Esta hermosa celosía es una réplica, ya que la original se conserva en el Museo Arqueológico de Asturias entre los años 1953-1955, tras haber sido objeto de un fallido robo.



Capilla suroriental o de los Obispos.


En el ángulo exterior, entre la sacristía meridional y el ábside del evangelio, se abrió una pequeña estancia abovedada, conocida con el nombre de la "capilla de los Obispos", que alberga algún enterramiento y conserva en su muro la lápida con la inscripción de la consagración del templo (os la indico con una flecha roja). A la izquierda de la capilla la sacristía sur y la portada de entrada al pórtico real.


En la capilla de los Obispos encontramos un sepulcro. La estancia tiene la apariencia de haber servido de cámara funeraria y también de edículo para proteger la lápida con la inscripción de consagración de la iglesia.


Su interior estaba decorado con pinturas murales, de las cuales quedan pocos restos, como en el resto de la iglesia.



Interior de la capilla de los Obispos. Lápida con la inscripción de consagración de la iglesia.


Empotrada en el muro encontramos una lápida de mármol con una extensa inscripción, que en boca del historiador José A. Valdés, ha sido considerada cumbre poética del período, por la "elegancia de su letra, la altura de su lengua y su valor estilístico":


"TU GENEROSA PIEDAD, CRISTO DIOS, RESPLANDECE EN TODAS PARTES.... FUE CONSAGRADO ESTE TEMPLO POR SIETE OBISPOS: RUDESINDO DUMIENSE, NAUSTIS CONIBRIGENSE, SISNANDO IRIENSE, ARNULFO ASTURICENSE, ARGIMIRO LAMACENSE, RECADERO LUCENSE, ELÉGANES CESARAGUSTANENSE. EN LA ERA DCCCCXXXI. EL DÍA DECIMOSEXTO DE LAS KLDS. DE OCTUBRE" (16 de septiembre del 893 d.C.).


Las últimas teorías, tras las excavaciones llevadas a cabo entre 2010 y 2011, son que el templo fue construido en dos fases: en la primera, en el último tercio del siglo VIII y por iniciativa del rey Alfonso II, se erigió el templo sobre otra construcción anterior, bien tardorromana o visigoda; y otra, en la segunda mitad del siglo IX, por Alfonso III, que englobaría el pórtico meridional y una reforma del templo ya existente, que es lo que conmemora la conservada lápida de consagración.


La importancia de la consagración lo indica la presencia de los cinco obispos de Dume, Astorga, Coimbra, Compostela, Lamego, Lugo y Zaragoza, que también encontramos en la consagración de la tumba de Santiago en Compostela, obra también promovida por el rey Alfonso III.




Sepulcro ubicado en la capilla de los obispos.


Parece que estuvo anteriormente en el monasterio de santa María, y en él se lee: "Aquí yaze don Juan de...", pudiera tratarse de don Juan Cano, último abad de Valdediós, fallecido en 1515.



Lado suroriental.


Exteriormente, en las esquinas y contrafuertes se utilizó buenos sillares escuadrados, en el resto se utilizó el sillarejo irregular, exceptuando el hastial occidental y en el porche.


La nave central sobresale en altura a las laterales, por ese motivo se abren en el muro ocho vanos (cuatro por lado) geminados, por los que se ilumina el interior del templo.


Los volados aleros, decorados con ladrillos en diente de sierra, plasman, asimismo, otro punto del arte andaluz incorporado al arte cristiano de Alfonso III por los repobladores mozárabes.

En origen se cubría con tegulaes de tipo romano, que fueron cambiadas por la actual cubierta hacia 1980, cuando se realizó una rehabilitación de la iglesia.




Fachada oriental o hastial de la cabecera.


El ábside central sobresale de los laterales, y en él se abren dos vanos, el inferior que ilumina el altar es una ventana trifora con pequeñas columnitas, cuyos fustes son reutilizados de otros edificios anteriores. La ventana superior, formada por dos arcos de iguales características y que ilumina la cámara existente sobre el ábside (la cámara del tesoro o cámara supraabsidial).


En los ábsides laterales se abren ventanas de arco de medio punto de ladrillo.



Ventana de la cabecera.


Los vanos, sobre todo el de la capilla mayor, tienen dinteles decorados con arquillos de herradura, de clara influencia islámica.



Ventana de la estancia que encontramos sobre el ábside.


Es una ventana trifora, compuesta por arquillos de herradura y enmarcada por un alfiz de tradición mozárabe y molduras sogueadas de tradición bizantina.


Esta estancia, que solamente tiene acceso por el exterior, es característica de la arquitectura prerrománica y en ella se guardaría objetos importantes para el templo.



Fachada norte.


Es un muro realizado en sillarejo con contrafuertes, en cuyo centro se abre una puerta en arco de medio punto, hoy tapiada. A la izquierda se ubica la sacristía del lado del evangelio (reconstruida en 1970). Por encima sobresale la nave central, en la que se abren cuatro ventanas geminadas en arco de herradura, que iluminan el interior del templo.



Detalle del vano de la sacristía del lado del evangelio.


Consta de un dintel monolítico con arquillos de herradura y alfiz sogueado sobre jambas, con capiteles troncopiramidales con collarino y decoración geométrica. En las enjutas motivos geométricos.



Lado noroccidental.




Hastial occidental.


Situado a los pies del templo, en él se sitúa la tribuna real. Culmina con una espadaña rematada con almenas de tipo califal, lo que pone nuevamente este templo en contacto con el arte musulmán.



Ventana ajimezada del hastial occidental.


En el hastial se abre una ventana ajimezada con tres columnas, un alfiz decorado con róleos y sobre el vano la Cruz de la Victoria. Es el símbolo de la monarquía astur, la comenzó a utilizar por vez primera el rey Alfonso III, la podemos contemplar sobre la ventana de la fachada oeste del templo.


La cruz de la Victoria es el gran símbolo de Asturias. Es una joya preciosa que se guarda en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo, donada por los reyes en la Pascua del año 908. Es una de las joyas cumbre de la orfebrería altomedieval. La ordenó hacer Alfonso III y su esposa, la reina Jimena, convirtiéndose en el gran emblema identitario de los asturianos.



Portada occidental del templo.


Esta parte occidental tiene influencias del arte en época de Ramiro I, su pórtico de entrada se abre al exterior mediante un arco semicircular dovelado, que apoya en columnas adosadas al muro, con capiteles de influencia cordobesa.


La puerta de entrada al interior es adintelada, en la que figura una inscripción en latín, cuya traducción es la siguiente: "SEA LLAMADO ESTE TEMPLO CON TU NOMBRE Y ... PUESTO QUE NOS HEMOS ALEGRADO CON TUS DONES, ALÉGRESE QUIENQUIERA QUE MI... Y QUIEN SE ATREVIESE A ROMPER LOS VOTOS SEA PRIVADO ¡OH CRISTO! DE TU LUZ, Y VIVO TRÁGUELE LA TIERRA Y CAIGA SOBRE SU DESCENDENCIA LA MENDICIDAD Y LA LEPRA".



Estancia de la derecha en el pórtico de entrada al templo.


En él se abren dos estancias, sobre las que se eleva la tribuna real, desconociéndose su uso.



Estancia de la izquierda del pórtico.



Interior de la iglesia hacia los pies.


En su interior refleja la influencia de san Julián de los Prados y san Miguel de Lillo. Tiene planta basilical de cabecera tripartita, tres naves cubiertas por altas bóvedas de cañón, pórtico a los pies, flanqueado por dos pequeñas estancias, sobre las que se eleva la tribuna real.


A los pies de la iglesia se abre un portico interior formado por tres huecos de la misma anchura que las naves, que soporta la tribuna a la que se accede por una escalinata situada en la nave del costado sur.



Escalera que da acceso a la tribuna regia.


En el arte Astur se detecta que sobre el pórtico occidental se elevaba una tribuna que era ocupada por la monarquía, a la cual se accedía a través de una escalera de piedra situada, en este caso, a la derecha de la puerta de entrada al templo, a los pies de la nave lateral sur. Desde esta tribuna el rey y su corte asistían a las ceremonias religiosas.



Nave central hacia la cabecera.


Es más ancha y alta que las laterales, al fondo de la fotografía vemos la capilla mayor, dedicada a san Salvador. En origen un cancel cerraría el espacio entre el primer intercolumnio y el presbiterio, para marcar una separación entre el clero y los fieles, tal y como se acordó en 633 en el Concilio de Toledo.

Las capillas absidiales laterales están dedicadas, según consta en sendas inscripciones en los dinteles de sus ventanales, en la del ábside norte, a Santiago: "SCI IACOBI ZEBEDEI": De Santiago el Zebedeo; y en la del lado sur, a san Juan Bautista, como indica otra inscripción en dicha capilla: "SCI JOHANNIS BAPTISTE": de san Juan Bautista.


También existen inscripciones imprecatorias contra aquel que actuara contra este templo, una sobre la puerta de ingreso, y otras dos sobre las puertas de las estancias laterales norte y sur de la iglesia, llamadas tambien sacristías. Solo es original la del lado sur, la del lado norte se reconstruyó a través de los restos encontrados.



Bóveda del templo.


El templo es rectangular y está abovedado como los edificios ramirenses. El abovedamiento está facilitado por la estrechez de las naves.


En la parte superior de los muros de la nave central se abren cuatro vanos, por los que penetra la luz natural e ilumina el interior de la iglesia, un hecho poco habitual en la época.



Capilla mayor.


La cabecera ya hemos comentado que es tripartita con tres arcos triunfales, uno para cada ábside. Los arcos son de medio punto sostenidos por columnas y capiteles decorados.


La cabecera cuenta con una estancia superior o "cámara del tesoro", ubicada entre la capilla mayor y el tejado, solo visible al exterior.



Columna y capitel de la cabecera.


Los capiteles de la cabecera reflejan la tradición asturiana con el típico collarino sogueado y el ábaco rectangular.




Capitel de la cabecera.


Los capiteles, exceptuando los de las capillas laterales, tienen forma acampanada, ábaco rectilíneo y collarino retorcido, apoyan en columnas posiblemente reutilizadas.


Los de la cabecera son, como ya hemos comentado, prerrománicos asturianos, decorados con grandes hojas como de helechos.



Nave central, lado norte.


Las naves se separan por arcos fajones de medio punto que sostienen los muros de la nave central. Los arcos apoyan en pilares de sección cuadrada con grandes cimacios moldurados.



Nave central, lado sur.


A la derecha vemos la puerta que da acceso al pórtico sur, ya comentado.



Nave lateral lado norte.


Las naves laterales son muy estrechas, y se separan mediante arcos fajones de medio punto que soportan los muros de la nave central.


A la altura del crucero se abren dos pequeñas estancias, en las que se abren vanos.



Capiteles y ábside lateral.


Los capiteles de las capillas laterales nos hacen pensar en que el que los realizó conocía perfectamente el arte musulmán, trasladando sus conocimientos dentro del estilo asturiano.



Nave lateral meridional.


En el centro de la nave se abre la portada que da acceso al pórico meridional.



Ábside lateral.



Conjunto de pinturas murales.


El interior estaba ricamente decorado con pinturas murales, de las que conservan algunos restos que nos permiten imaginarnos la riqueza decorativa del templo. Fueron descubiertas tras la restauración llevada a cabo por José Fernández Menéndez en 1919. Posteriormente, en 1993 se llevó a cabo la rehabilitación de la pintura mural del templo bajo la dirección de Jesús Mª Puras Higueras, pudiendo estudiar la misma.


La decoración pictórica cubriría los pilaars de las arquerías de la nave central, los capiteles del arco toral de la capilla mayor y de las laterales, las bóvedas, los intradoses de los arcos, las paredes de las naves laterales. Todo el templo estaba cubierto de frescos con vistosos colores, también muy en consonancia con los de san Julián y Lillo.


Son decoraciones a base de dibujos geométricos y vegetales, influencia de la pintura tardoromana, aunque también encontramos motivos de tradición visigoda. La representación de la figura humana está muy restringida, encontramos restos en los muros de la tribuna real, muy en consonancia con las miniaturas mozárabes.


Estas pinturas junto con las de san Julián de los Prados y san Miguel de Lillo son las más importantes del alto medievo europeo.



Pinturas bóveda nave central.


Están realizadas al fresco, herencia del mundo romano, empleando colores vivos, rojo, ocre, negro, etc. Encontramos formas geométricas, como cuadrados, rectángulos, círculos, hexágonos alargados, etc., o imitando arquerías, tallos vegetales, o cruces patadas y crismones con el Alfa y el Omega.



Pintura en el intradós del arco ábside central.




Decoración arco de separación nave central y la lateral.




Decoración ábside central.


Los restos que se conservan los encontramos en las capillas de la cabecera, en la bóveda de la nave central, en los intradoses de alguno de sus arcos, en los muros de las naves laterales y en la tribuna real.



Pinturas ábside central.


Los motivos que se representan en la bóveda del ábside central tienen la decoracion como en los ábsides de san Julián de san Julián de los Prados y san Miguel de Lillo.



Pinturas ábside central.


En él se representan tres cruces patadas, con seguridad alegando al monte Calvario, la cruz central es de mayor tamaño y de color dorado con adornos y el alfa y el omega; las laterales más sencillas en rojo, este mismo tema lo encontramos en la tribuna real.


Sobre el dintel de la ventana, en color rojo podemos ver la siguiente inscripción: "DNI ET SAVATORIS NSI CVIVS EST DOMVS ISTA": "Del señor y Salvador nuestro, de quien es esta casa".



Pinturas muro ábside central.


En los muros del ábside se han representando cuatro arquerías con sus capiteles. Los arcos se decoran con círculos concéntricos amarillos y rojos y temas vegetales en rojo.


En la pared oriental del ábside central se representa una cruz cuyo brazo superior tiene forma de "Rho", flanqueandolo las letras alpha y omega.




Restos pinturas en la bóveda del ábside central.


En el siglo XVIII se repintó la iglesia, de esta época se conservan algunos restos como este angelito del ábside central de la cabecera. Estas pinturas se eliminaron en gran parte en una restauración del edificio llevada a cabo en 1912.


La decoración original es muy similar a la que encontramos en los ábsides de Santullano y Liño.


Detalle de la pared septentrional del ábside central, y pintado sobre el fresco del siglo IX, vemos un ángel, cuyo autor pudiera ser Francisco de Reiter, de mediados del siglo XVIII.



Nos despedimos de san Salvador de Valdediós y de este precioso valle de Asturias, que tanta historia nos presenta. Espero qué os haya gustado.


Hasta el próximo vuelo.



BIBLIOGRAFÍA:


- OLAGUER-FELIÚ Y ALONSO, Fernando de: El arte medieval hasta el año mil..., Madrid, Taurus, 1989.


-ROLLÁN ORTÍZ, Jaime Federico: Iglesias del arte asturiano, Madrid, Everest, 1979.


- ARIAS, Lorenzo: Prerrománico asturiano. El arte de la monarquía asturiana. Gijón, Trea, 1993.


.VALDÉS GALLEGO, José Antonio: Nuevas lecturas de tres inscripciones de san Salvador de Valdediós: https://reunido.uniovi.es/index.php/RFF/article/view/18293/15470


-Turismo prerrománico:


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