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El majestuoso palacio-castillo del Papa Benedicto XIII o Papa Luna. Illueca (Zaragoza).


"Toda su vida miró hacia adelante; nunca renunció al pasado. Fue papa...Ostentó el título con airada dignidad en un momento en que más de uno pugnaba por él y muchos pretendían restarle grandeza y soberanía. A pesar de guerras y cismas, deposiciones y elevaciones, murió sin renunciar a sus derechos, considerándose el único papa legítimo. Recorrió el mundo y aconsejó a papas, emperadores y reyes. Creyó en la nueva ciencia y en la nueva cultura. Ni siquiera en su vejez, recluido en su castillo mediterráneo, vio limitado su horizonte vital. Fue un hombre de acción...." (J. Ángel Sesma).


En la fotografía, fragmento del lienzo pintado por un joven Francisco de Goya, hacia 1764, representando a Benedicto XIII consagrando a san Luis Gonzaga como patrono de la juventud, conservado desde 1985 en el Museo de Zaragoza (anteriormente en la ermita de Nuestra Señora de Jaraba).


Vista de Illueca, lado sur.


Hoy volaremos por la comarca del Aranda, una de las más pequeñas de Aragón, situada al oeste de la provincia de Zaragoza, sobre las sierras ibéricas al sur del Moncayo, en la llamada "Cara Oculta" de esta emblemática montaña. En esta comarca encontramos un patrimonio natural y cultural magnífico, herencia de los pueblos que habitaron estas tierras. Catorce localidades la forman, situadas en los márgenes de los ríos Aranda e Isuela, entre ellas Illueca, su capital.


En la localidad sobresale, en lo alto de un cerro rocoso, el castillo-palacio del conde de Argillo. Estamos ante uno de los edificios más importantes de Aragón. En este castillo, mudéjar, con influjos renacentistas, es donde nació, en 1328, Pedro Martínez de Luna y Gotor, futuro Papa Benedicto XIII, más conocido como el "Papa Luna", uno de los personajes más importantes del medievo europeo. El mecenazgo cultural que llevó a cabo en Aragón fue extraordinario, financiando obras en La Seo de Zaragoza, y en Calatayud, pero también fuera de España favoreció a la cultura, como sucedió en el año 1413, que firmó la bula para fundar la universidad de san Andrews en Escocia. El Papa Luna es considerado una persona honesta e íntegra, además de mecenas de las artes y de la cultura.


Pedro de Luna era el segundo hijo de Juan Martínez de Luna y de María Pérez de Gotor, señores de Illueca, Gotor y Mariana. Desde su cuna perteneció a una de las familias con más abolengo de Aragón, siempre presente en la Historia del Reino.


Siguiendo las costumbres de la época, su hermano mayor Juan, heredó el legado familiar y la carrera de armas, a Pedro se le consagró a la vida religiosa. Fue enviado a la Universidad de Montpellier, ciudad muy ligada a la corona aragonesa, donde nació el rey Jaime I el Batallador. En ella se especializó en Derecho Canónico y posteriormente fue catedrático de Decretales en la mencionada universidad. De esta universidad salió un hombre muy preparado en leyes y oratoria.


Palacio del "Papa Luna"; a la derecha la iglesia de san Juan Bautista.


Estamos en una época de importantes acontecimientos históricos, desde 1356 el rey aragonés Pedro IV el Ceremonioso se estaba enfrentando con el rey de Castilla, Pedro I el Cruel, en la llamada "Guerra de los Pedros", para conseguir el poder en la Península Ibérica y en el mar Mediterráneo; en este momento numerosos castillos se construyeron para la defensa del territorio y para habitar en ellos, como ocurrió con el castillo-palacio de Illueca, que fue erigido por orden de Juan Martínez de Luna. La familia Luna siempre fue fiel al rey de Aragón, así como nuestro personaje: Pedro de Luna. Un episodio nos muestra su pericia: habitando el castillo familiar de Illueca, Pedro de Luna, acogió a Enrique de Trastámara, pretendiente a la corona castellana y aliado de Pedro de Aragón, poniéndolo a salvo en Francia. Este hecho motivó que el rey aragonés abogase para que fuera nombrado cardenal-diácono por el Papa Gregorio XI en 1375.


Fachada noroeste. Castillo de Illueca.


Un acontecimiento va a ser transcendental para la historia y para Pedro de Luna. En el año 1309 el nuevo papa Clemente V, se instaló en Avignon, en donde se estableció la corte eclesiástica, a los italianos no les hizo ninguna gracia que el papa no residiera en Roma. Para suavizar las tensiones, en 1377, el papa Gregorio XI volvió a la Ciudad Eterna, y junto a él, también se encontraba Pedro de Luna, el cardenal aragonés.


Con la muerte del papa Gregorio XI comenzó un periodo de gran zozobra para el catolicismo, ya que dos bandos surgieron, los partidarios de la corte de Avignon, y los de la sede romana. En 1378, dos papas tenía la cristiandad, y dos sedes: Roma (Urbano VI, Bonifacio IX, Inocencio VI y Gregorio XII, apoyados por Italia, Alemania, Inglaterra y gran parte de Europa Oriental); y Avignon (Clemente VII y Benedicto XIII, apoyados por Francia, Escocia, Nápoles y estados cristianos de la Península Ibérica), estallando el llamado "Cisma de Occidente".


Pedro de Luna apoyó a Avignon, realizando una excelente labor diplomática, lo que le supuso ser reconocido como una persona de gran valía. El 16 de septiembre de 1394 falleció el papa Clemente, siendo elegido como su sucesor Pedro Martínez de Luna, tomando el nombre de Benedicto XIII, y bajo la obediencia de Avignon. Pero las ideas del nuevo papa aragonés no eran bien tomadas por el rey de Francia, y por cardenales partidarios de Avignon, por ese motivo en 1399 sitiaron la sede pontificia de Avignon. Durante cuatro años permaneció esa situación, aunque ayudado por las tropas aragonesas de Martín el Humano, y también por Castilla y Navarra, pudo huir a Nápoles.


Escultura de Benedicto XIII. Castillo de Peñíscola (Castellón).


Benedicto XIII siempre quiso el acercamiento con el papa romano, pero nunca llegó a producirse ninguna reunión. Algunos cardenales, de ambos lados, cansados de la situación convocaron el Concilio de Pisa el 25 de mayo de 1409, destituyendo al Papa Luna, y al papa romano, Gregorio XII; eligiendo un nuevo papa, con el nombre de Alejandro V. Al no renunciar ninguno de los dos anteriores, la iglesia se encontró con tres pontífices que proclamaban su legitimidad.


Pedro de Luna defendió su nombramiento hasta el último momento (de ahí la famosa frase "seguir en sus trece"), fue depuesto por el Concilio de Constanza en 1417, declarándole antipapa, cismático y hereje, eligiendo como papa único a Martín V, reconocido por toda la cristiandad.


Al ser rechazado por todos, Alfonso V de Aragón le acogió en su reino y puso a su disposición, en 1415, el castillo de Peñíscola, en el reino de Valencia, una antigua fortaleza templaria, en la que residió hasta su muerte el 17 de mayo de 1423 a la edad de 95 años, rodeado de reliquias y habiendo creado una de las bibliotecas más importantes de su época. En Peñíscola instaló su corte papal, aunque no fue reconocida por nadie.


Fachada sur. castillo de Illueca.


Tras esta pequeña introducción histórica del Papa Luna y el Cisma de Occidente, nos centraremos en el palacio donde nació el gran personaje.


Illueca fue conquistada por Alfonso I el Batallador en 1120, siendo propiedad real hasta el siglo XII, cuando el rey Jaime I el Conquistador, le concedió en 1250, la baronía de Gotor a Jaime de Gotor, hijo del destronado rey de Mallorca Said Ben Alhaken, al que educó y apadrinó cuando fue bautizado en La Seo de Zaragoza. En 1263, también el mismo monarca le entregó al hijo de Jaime Gotor, Blasco, el señorío de Illueca, a cambio de las heredades maternas que poseía en Alagón.


A finales del siglo XIII, Juan Martínez de Luna Calamandra, casado con María de Pérez de Gotor, hija del señor de Illueca y de Gotor, heredó el título y las posesiones de la casa de Gotor. Fruto de este matrimonio nacieron cinco hijos, entre los que destacaron: Juan, el heredero de la Casa; y Pedro, futuro Papa Luna.


El castillo siguió perteneciendo a esta importante familia, hasta el año 1665, fecha en la que doña Ana Apolonia Martínez de Luna vendió todas sus posesiones y títulos, a Francisco Sanz de Cortés, primer marqués de Villaverde. La propiedad del castillo y de la villa estuvo en manos de los marqueses de Villaverde hasta que en la década de 1970 el castillo fue cedido al ayuntamiento de Illueca, por su propietario de entonces Cristóbal Martínez Bordíu, X marqués de Villaverde, por cesión de su madre, Esperanza Bordíu Bascarán, condesa de Argillo, convirtiéndose posteriormente en una hospedería de tres estrellas.


Fachada principal (lado sur).


El aspecto del castillo de Illueca ha evolucionado a través de los tiempos. En el siglo XIV, era una robusta fortaleza que dominaba la comarca del Aranda. Todas la estancias se abrían a un patio abierto. De esta época, son (como luego veremos), las yeserías y artesonado de la Sala Dorada y de la estancia anexa a ella. El artífice fue Mahoma Ramí, muy relacionado con el Papa Luna, maestro que trabajó en el cimborrio de La Seo zaragozana y en otras localidades cercanas a Illueca. En la parte exterior era una gran mole, realizada en mampostería de grano fino, con dos pisos de vanos en arco de medio punto en su fachada principal, culminando el rectángulo en almenas.


En el siglo XVI, Pedro Martínez de Luna, primer conde de Morata, ordenó construir la galería de arquillos superior, dando al conjunto un aire más palaciego, más cercano al palacio que habían levantado en el Coso zaragozano (actual Audiencia Provincial). El aspecto exterior se modificó casi por completo, sobre todo en la fachada sur, construyéndose en este momento la monumental portada.


En el siglo XVII, era propietario don Francisco Sanz de Cortés, marqués de Villaverde, quien realizó modificaciones en la portada principal; en el interior, cubrió el patio abierto, se excavó en la escalinata principal, se construyó la plaza de armas, se remató con dos torreones en las esquinas, y se construyó la portada principal.


En el año 1931 el edificio se declaró Monumento Histórico-artístico, pasando en 1985 a manos del ayuntamiento de Illueca, siendo declarado Bien de Interés Cultural. Comenzando la restauración del edificio que se encontraba casi en ruinas, la Escuela Taller "Papa Luna", la Escuela Taller "Marcelino Andaluz Vergara", todo promovido por el ayuntamiento de Illueca y el Instituto Nacional de Empleo.


Lado sureste. Castillo de Illueca.


El edificio, realizado en mampostería y ladrillo, tiene planta rectangular con torreones en las esquinas, más dos torrecillas que flanquean la portada principal en la fachada meridional.


Consta de tres plantas, en la primera se ubican los salones; en la segunda, las estancias que ocupaba la familia; y en la tercera se abre la típica galería de arquillos doblados de medio punto.


En la parte derecha se adecuó para hospedería, parte cedida por el ayuntamiento de Illueca a la empresa Turismo de Aragón, de la DGA (actualmente gestionada por el ayuntamiento de Illueca); también el edificio acogió la Sede del Gobierno de la comarca del Aranda, y el museo-exposición permanente sobre la figura de Benedicto XIII.


Ala derecha del castillo. Hospedería.


El castillo fue declarado Monumento Nacional en 1931. Tras ser restaurado en el siglo XX (entre los años 1984-85, y 1991-1996), el ala derecha, como ya hemos mencionado, se transformó en hospedería, comenzando a funcionar en el año 2017. Durante el periodo de unos cinco años ha permanecido cerrada. En el año 2022 la hospedería fue cedida por el Gobierno de Aragón al ayuntamiento de Illueca. En este año 2023, Gonzalo Leal y su hija Lucía, han cogido las riendas de este negocio y han reabierto las puertas de esta emblemática hospedería, en el año en el que se celebran los 600 años de la muerte del insigne illuecano.


A lo largo de la fachada sur encontramos una explanada cerrada por un muro de mampostería, obra del último tercio del siglo XVII. En el año 2022 se comenzaron los trabajos de mejora y ajardinamiento del castillo, sobre todo en mejorar el antiguo espacio existente en la parte inferior del muro de la fortificación, creando también un sendero peatonal bordeando el talud natural del conjunto.


Lado oeste.


Este lado es la parte más antigua del castillo.


Lado oeste.


En la fachada se abren dos vanos polilobulados con restos de yeserías gótico-mudéjares, realizados en el siglo XIV.


Galería de arquillos.


Construida, como ya hemos comentado, en tiempos de los Martínez de Luna en el siglo XVI, para otorgarle la fisonomía de un moderno palacio renacentista.


Se trata de una galería de arquillos de medio punto doblados, protegida por un volado alero de ladrillo.


Portada principal.


Ya hemos explicado que fue realizada por Francisco Sanz de Cortés en el siglo XVII, en estilo barroco. La portada se articula en tres alturas, superponiendo dos arcadas y una sencilla logia adintelada, quedando flanqueada por dos pequeños torreones circulares, muy del estilo del acceso del palacio ducal de Urbino o la portada del castillo-palacio de Castelnuovo de Nápoles, todas ellas proyectan el acceso al edificio como un arco triunfal.


Parte inferior de la portada principal.


Tal como hemos indicado se reformó la entrada al edificio, jugando con la bicromía de las piedras, combinando la piedra negra de Calatorao con el alabastro. La portada se abre en arco de medio punto que descansa en pilares algo deteriorados por el tiempo, flanqueada por pilastras cajeadas que sustentan un friso con decoración a base de máscaras, y una serie de motivos geométricos, a modo de roleos.


Detalle de la decoración de la portada principal.


Sobre el friso de alabastro se alzan dos grandes roleos de piedra negra de Calatorao, de raíz clásica.


Escalera de acceso (siglo XVII).


La escalera, cubierta por pequeñas bóvedas de arista, nos conduce al primer piso, en lo que en otra época fue el patio del castillo medieval (luego veremos restos que se descubrieron en la caja de la escalera); patio que fue ordenado cubrir en 1665 por Sanz de Cortés, con una cúpula sobre pechinas, así como levantar la escalera principal. En el primer rellano de esta escalera nos encontramos la Sala del Mausoleo, antigua capilla, y hoy recepción de la hospedería.


Sala del Mausoleo.


En el primer piso se abre la zona habilitada como recepción de la hospedería. Es la antigua capilla del castillo, que fue transformada en los siglos XVI y XVII, llamada la "Sala del Mausoleo". En ella iba a reposar el cuerpo del Papa Luna, pero finalmente lo fue en el castillo de Peñíscola. Unos años permaneció el cuerpo incorrupto del Papa allí, pero su sobrino, el capitán don Rodrigo de Luna, pidió permiso al rey de Aragón don Alfonso el Magnánimo para poderlo traer al castillo familiar de Illueca. En 1430, en peregrinación, fue trasladado el cadáver a la localidad zaragozana, colocando el cuerpo en una urna de cristal, lugar en donde permaneció muchos años, siendo visitada por muchos ciudadanos.

Se trata de una sala de planta rectangular, reformada en el siglo XVI, y cubierta con una techumbre plana de revoltón.


Sala del Mausoleo.


Pero antes de recorrer la estancia, tenemos que continuar con la historia de nuestro personaje.


Un hecho sucedió en el siglo XVI, un prelado italiano llamado Juan Porro, contrario al Benedicto XIII, enterado de las peregrinaciones que aún se realizaban a Illueca a ver el cuerpo del Papa Luna, se acercó al castillo y con un bastón destrozó la urna de cristal. El arzobispo de Zaragoza, enterado del suceso, ordenó clausurar las peregrinaciones y la estancia-oratorio del castillo de Illueca.


Portada renacentista de la sala del Mausoleo.


Esta portada realizada en estilo renacentista, en el siglo XVI, da acceso a otras dependencias expositivas. Se abre en arco de medio punto, apeado en dos columnas anilladas, que aparecen estriadas en su parte superior, sosteniendo un friso decorado con motivos de guirnaldas, grifos y cornucopias. Esta portada es un temprano ejemplo del nuevo estilo renacentista norteitaliano en el Aragón del siglo XV-XVI.


Capillita en la sala del Mausoleo.


Siguiendo con nuestra historia, durante la Guerra de Sucesión entre Austrias y Borbones, a principios del siglo XVIII, Illueca, partidaria del bando austriaco, sufrió el ataque de tropas francesas, que apoyaban la causa de Felipe V; atacaron el castillo y entraron en la estancia donde se encontraba el cuerpo del Papa y lo destrozaron, separando la cabeza del cuerpo y echando los restos óseos por una ventana del castillo. El cráneo fue recuperado, no así el resto del cuerpo. Unos labradores hallaron la cabeza, entregándosela a la familia, quienes la guardaron en otro palacio que poseían en Saviñán, mansión de los descendientes de los condes de Argillo y de Morata de Jalón, marqueses de Villaverde, señores de las baronías de Illueca y de Gotor.


En esta pequeña capillita de planta circular, abierta en el siglo XVII en una de las torres que flanquean la fachada, se conserva la réplica del cráneo del Papa Luna. Se abre en arco de medio punto, flanqueado por pilastras acanaladas, sobre las que descansa un friso decorado con el emblema de los Luna y rombos, sobre el que se asienta un frontón curvo partido con roleos que enmarcan el escudo del Papa Luna (apellido Luna con las llaves de san Pedro), culmina con tres pináculos lobulados, en el central la tíara papal, todo hace referencia a su blasón y a su cargo: Papa de la iglesia.


El intradós del arco se decora con yeserías mudéjares, con motivos geométricos a base de círculos.


Detalle de las armas del Papa Benedicto XIII.


En la parte inferior la Luna invertida, bajo la que aparecen las llaves de san Pedro, y sobre este escudo, la tiara papal.


Réplica del cráneo del Papa Luna.


En Saviñán se custodió la calavera hasta que el 7 de abril de 2000 fue sustraída por unos jóvenes (dos hermanos), hecho que fue considerado una gamberrada más que un verdadero robo. Finalmente fue recuperado por la Guardia Civil, siendo entregado al Museo de Zaragoza. Poco después fue declarado Bien de Interés Cultural. Y, ya desde 2021, el cráneo se puede ver en Saviñán, aunque en Illueca podemos ver esta reproducción.


Tras su recuperación, y al mando del forense Salvador Baena, se realizaron pruebas de carbono 14, confirmando que la datación del cráneo correspondía a la época en que vivió Benedicto XIII. Al mismo tiempo se practicó una prueba digital con el cráneo de san Valero de La Seo, que es idéntico a Benedicto XIII, porque lo regaló el mismo papa, y el artífice lo utilizó como modelo para realizarlo, concluyendo que el cráneo conservado en Saviñán es el del mítico Papa Luna.


Cúpula de la capilla.


La pequeña estancia se cubre con una cúpula decorada con yeserías de tipo mudéjar. En el centro el emblema de los Luna, clave de una estrella de ocho puntas que se va agrandando con formas curvas y entrelazados.


Escalera y patio interior.


Volvemos a la escalera monumental, realizada en el siglo XVII en el mismo sitio que ocupaba el patio medieval abierto, articulador de las estancias de ese piso. En 1665 el entonces conde de Morata ordenó la construcción de esta escalera que termina en una galería de arcos de medio punto que apean en columnas. La caja de escalera se cubre por una gran cúpula sobre pechinas con linterna.


Patio interior.


En el patio interior, tras la restauración llevada a cabo últimamente, han se descubrió uno de los arcos de yeso decorado con tracerías góticas que abrían al mismo desde la Sala Dorada situada en el segundo piso, así como parte del agramilado simulando despiece de piedra sillar, con el que se cubrían sus muros.


Patio interior. Galería superior.


En el segundo piso se abre una galería formada por tres arcos de medio punto, a la derecha; y uno en arco rebajado a la izquierda, que da acceso al segundo descansillo.


Los arcos se apoyan en columnas toscanas, y en su parte inferior se abre una balaustrada.


Artesonado del segundo piso.


Es un artesonado moderno, réplica del original del siglo XVI. Formado a base de casetones cuadrados, en cuyo interior vemos decoración octogonal. Sí que son originales las zapatas de piedra que sostienen este artesonado, realizadas en el siglo XVI.


Paso a la Sala Dorada.


Al fondo de la fotografía están las salas más interesantes: la Sala Dorada y la Alcoba del Papa Luna.


Sala Dorada.


La sala Dorada o salón de Protocolo, es una de las más antiguas del castillo-palacio, fue construida a comienzos del siglo XIV. Llamada así por la decoración dorada en los canetes y vigas del alfarje, que cubre la estancia, en el que también vemos los escudos de la familia Luna, adornados con decoración vegetal. Pudiera ser que uno de los que participó en su construcción fuera Mahoma Ramí, el maestro tan ligado a Benedicto XIII.


El alfarje es la techumbre plana por excelencia, compuesta de vigas maestras paralelas al suelo (jácenas), que se cruzan con otras más pequeñas (jaldetas). El espacio que resulta entre ambas se cubre mediante la tablazón.


El magnífico alfarje de la Sala Dorada está formado por seis grandes jácenas que lo dividen en seis tramos, sobre canes y con viguetas transversales o jaldetas. Este magnífico alfarje está decorado con motivos vegetales y geométricos con vivos colores, que evocan la tradición mudéjar.


También en esta sala se podía contemplar una magnífica solera cerámica, que desgraciadamente ha desaparecido.


Friso de la sala Dorada.


Todo el perímetro del alfarje se decora con un friso o arrocabe gótico-mudéjar, realizado con yeserías caladas policromadas con vivos colores formando roleos, sobre un fondo azul. Los roleos encierran formas vegetales, rosetones, estrellas de David, y en el centro de los dos lados menores las armas de los Luna, en el lado sur; y las del Papa Benedicto XIII (ya con tiara papal), en el lado norte.


Roleo central del arrocabe.


En los roleos centrales los aljeceros inscribieron las armas de los Luna.


Decoración jaldetas del alfarje salón dorado.


Como ya hemos comentado las jácenas están divididas transversalmente por vigas de menor tamaño, llamadas jaldetas, en este caso en número de veintinueve. Y la unión entre listones y jaldetas forman pequeños huecos, unos cuadrados y otros rectangulares, separados por listeles. En gran parte aún conserva su decoración pictórica realizada a base de motivos vegetales, florales y heráldicos, con las armas de los Luna y familias allegadas a ellos.


Los papos de las jaldetas también están decorados profusamente con motivos vegetales y geométricos. Los espacios cuadrados con un "botón lobulado de color blanco sobre fondo rojo", rodeado de motivos vegetales. En los espacios rectangulares, se representan hojas de acanto blancas que alternan con fondo de color azul y rojo.


El frente de las jácenas decorado con círculos blancos enlazados sobre fondo rojo, y en el centro de cada círculo cuatro circulitos que forman una cruz.


Canes y zapatas.


Los escudos heráldicos se localizan en los laterales y en el papo de las jácenas, dividiendo estas vigas en tres espacios iguales; y en los canes de las zapatas, presentando estos últimos, además, decoración tallada y un llamativo color dorado; motivo, como hemos dicho, por el cual a esta estancia se le llama Sala Dorada.


Papo o cara de la viga del alfarje.


En los papos se reproducen los escudos de los Luna y familiares vinculados a estos. En la fotografía vemos en la parte superior del papo, la torre y el escudo de Sicilia; en la parte inferior las armas de los Luna dentro de un rombo.


Estancia donde nació Benedicto XIII.


En el muro este del salón Dorado hay una puerta que da acceso a la estancia que, según la tradición, nació un 25 de noviembre de 1328, don Pedro de Luna, aunque en realidad es más lógico que fuera una sala biblioteca u oratorio privado, más que dormitorio.


Es una sala de planta rectangular, no muy grande, en la que se han colocado un armario biblioteca (en recuerdo de la gran biblioteca que poseyó Benedicto XIII), y otros enseres decorativos, como el escritorio en la esquina con una figura con hábito, escribiendo con un cálamo.


Alfarje de la alcoba del Papa Luna.


Todo el perímetro superior de la sala la recorre un friso realizado en yeso, decorado con arcos apuntados consecutivos (no entrelazados), con policromía en tonos rojos, blancos y azul cobalto, sobre el que vemos el alfarje de madera, con tres grandes jácenas, que no ha conservado ningún resto de pintura, excepto en las partes laterales de las vigas, y papos de canes que se decoran con motivos vegetales y heráldicos.


Detalle del friso con los arcos apuntados entrecruzados.


Al igual que hemos visto en la sala Dorada, el alfarje descansa sobre un arrocabe, formado por una serie de arquillos apuntados de color claro sobre fondo rojo. Dentro de cada arco se inscriben otros más pequeños lobulados. En la parte superior un pequeño friso con rombos con rosetas cuadrilobuladas. En la parte inferior, una franja con florecillas azules sobre el fondo rojo.


Los canes y papos son las partes mejor conservadas del alfarje de esta estancia, con una magnífica labor en la madera y su decoración, con círculos que encierran cuadrilóbulos. En el frente también están tallados.


En la fotografía inscrito en un óvalo con fondo azul y enmarcado por una cinta blanca, vemos el castillo con las tres torres y las armas del reino de Sicilia.


Can con el escudo de los Luna.


Los motivos heráldicos son iguales que los que hemos visto en el Salón Dorado. En otros se representa el escudo de los Luna, luna sobre fondo rojo.


Al lado de la estancia del Papa Luna, se pasa a la llamada Sala de la Corona de Aragón, hoy pertenece a la hospedería, como salón de descanso.


Estancia parte superior del castillo, lado norte.


En la parte superior del castillo, en el lado norte, podemos visitar una pequeña estancia de planta cuadrada con decoración de tradición mudéjar.


Intradós del arco del vano de la estancia superior.


En el intradós del arco podemos ver la decoración de tradición mudéjar, partiendo de un lazo de ocho que en su centro está inscrita una estrella de ocho puntas.


bóveda de la estancia parte superior.


La pequeña estancia se cubre con una bóveda esquifada, decorada con círculos con soles en sus interiores, y motivos geométricos de color azul.


Pintura de la coronación de Benedicto XIII. Sala Dorada.


Por último deciros que en la visita efectuada al papa Francisco, en octubre de 2022, por el que era en ese momento el presidente del Gobierno de Aragón D. Javier Lambán Montañés, se reivindicó la figura del Papa Luna, pidiendo que le fueran levantadas todas las censuras. Se consiga o no, para muchos Benedicto XIII fue un ejemplo de rectitud y uno de los hombres más consecuentes y cultos de la Edad Media, que merece un lugar sobresaliente en la historia.



Hasta aquí nuestro vuelo por este magnífico castillo, que tanta historia encierra. Espero qué os haya gustado.


Hasta el próximo vuelo.




BIBLIOGRAFÍA:


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-Palacio de los Luna: http://www.sipca.es/censo/7-INM-ZAR-014-126-001/Palacio/de/los/Luna.html


- Cráneo del Papa Luna: https://www.calatayud.org/noticias/OCTUBRE-11/231011_6.htm

https://www.libertaddigital.com/opinion/los-enigmas-del-11m/la-cabeza-del-papa-luna-14830/

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