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El cenotafio de los santos Vicente, Sabina y Cristeta. Iglesia de san Vicente de Ávila. Una joya del románico.



Iglesia de san Vicente. Ávila.


Ávila, junto al río Adaja y en el valle del Amblés, es una preciosa ciudad llena de historia y de patrimonio artístico. Fue declarada en 1985 Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Hoy hablaremos del cenotafio de los mártires Vicente, Sabina y Cristeta, conservado en la iglesia románica de San Vicente, situada justo enfrente de la puerta noreste de la muralla y de la Puerta llamada de “San Vicente”.


Según la tradición, en el año 306, siendo prefecto Daciano, gobernador de la región en época del emperador romano Diocleciano, un judío acusó a tres hermanos: Vicente, Sabina y Cristeta que vivían en la localidad, de ser seguidores del cristianismo. Éstos, al negarse a realizar sacrificios a los dioses, fueron martirizados y enterrados en la zona que hoy ocupa el templo románico. Siguiendo la leyenda, el mismo judío que los delató se convirtió al cristianismo y levantó un templo en honor a los santos mártires.



Iglesia de san Vicente. Ávila.


El edificio actual fue iniciado hacia 1130 por la cabecera utilizando la “piedra caleña”, un material que se podía obtener de la cercana localidad de La Colilla, y caracterizado por sus tonos rojizos. En la cabecera de la iglesia se situaba un cementerio romano, en el cual fueron depositados los cuerpos de los martirizados (cripta interior del templo o “La Soterraña”, nombre que posee la Virgen románica patrona de Ávila). Los restos de los mártires fueron trasladados en diversas ocasiones para protegerlas, hasta que finalmente en el siglo XIX fueron devueltas a sus urnas en San Vicente de Ávila.




Interior de la iglesia de san Vicente de Ávila.


Tras finalizar la cabecera, las obras se paralizaron, siendo retomadas a mediados del siglo XII impulsadas por los reyes Alfonso X el Sabio, y Sancho IV, finalizándose a inicios del XIV. Desde esa época hasta el siglo XIX ha sufrido diversas reformas, las cuales han alterado sustancialmente su estilo arquitectónico. En los siglos XIX y XX fue restaurada por los arquitectos Hernández Calleja, Vicente Miranda y Repullés y Vargas.


Estamos ante un templo con planta de cruz latina, con tres naves y seis tramos, triple cabecera absidial, crucero, cimborrio sobre el crucero, atrio a los pies y pórtico lateral en el lado meridional.




Cenotafio de los santos Vicente, Sabina y Cristeta. Interior iglesia de san Vicente.


Bajo el arco derecho del crucero se alza el magnífico cenotafio de los Santos Hermanos Mártires, Vicente, Sabina y Cristeta, realizado en piedra policromada y atribuido al maestro Fruchel (para algunos también ejecutor de la portada occidental), y datado a finales del siglo XII y principios del siglo XIII. Es una de las obras más importantes de la escultura románica europea.


Se trata de un "voluminoso monumento pétreo que imita a las arquetas relicario", que imitan, a su vez, la estructura de una nave de tres naves, la central con cubierta a dos aguas y las laterales a una sola vertiente. En el siglo XV encima de la arqueta se erigió un enorme baldaquino de estilo gótico flamígero de madera policromada y dorada sobre fondo azul.



Lado norte del cenotafio.


El cenotafio, ya hemos comentado que está cubierto por un baldaquino de madera policromada y dorada, de estilo gótico flamígero (1465-1468), está sustentado por cuatro columnas y rematando con San Miguel en lo alto. Tanto el lado norte como en el sur, tienen el mismo sistema decorativo. Así como en el lado este y en el lado oeste, aunque con diferentes escenas.



Lado norte del baldaquino.


En la parte inferior del baldaquino un gran friso en el que se sitúan los escudos de la Corona de Castilla, de la Catedral, del Papa, y del obispo Martín de Vilches, sobre fondo de grandes hojas doradas. Lo sostienen grandes columnas graníticas policromadas. Fue restaurado por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León en el año 2008.



El sarcófago. Vista del lado norte del monumento.


El monumento está formado por un arca rectangular con cubierta a dos vertientes, en su parte central; y otras dos a un solo agua en las laterales, y con decoración de escamas. Tiene dos niveles, el primero, a modo de basamento, está decorado con una arquería lobulada con dobles columnillas con capiteles decorados con acantos. Por encima de éstos se representan los relieves de los apóstoles, evangelistas y personajes orando y trabajando (monjes rezando, copiando manuscritos, tocando instrumentos, etc.). Remata este primer nivel un tejadillo decorado con escamas.


En el sarcófago se relata el martirio de los santos, en su parte norte y sur. En el lado norte podemos observar cinco escenas, del inicio de su martirio.


Las escenas son altorrelieves, y es acusado su naturalismo y el gran realismo de las figuras. destacando por su gran poder narrativo y por su minuciosidad descriptiva. Se distingue cierta perspectiva, como en la escena de los sepulcros escalonados para dar sensación de profundidad, interesante en la época en la que se realizó la obra.


Los relieves están policromados, parece que en la misma época que se erigió el baldaquino, posteriormente se pintó de blanco, siendo retirada esta capa de pintura blanquecina en el año 2007.




Escenas lado norte.


Vicente, Sabina y Cristeta nacieron en la ciudad de Caesarobriga y murieron en el año 306 en Ávila. Según la tradición, Vicente fue delatado por un judío al gobernador del emperador Diocleciano, Daciano, por ser cristiano y no querer ofrecer sacrificios a los dioses. En este lado norte la primera escena que se relata es cuando el pretor Daciano intenta convencer a Vicente para que abandone el cristianismo. La siguiente, se ve al santo conducido por dos soldados de Daciano y dejando su huella en una piedra como símbolo de su firmeza en la fe a Cristo. En la última escena que vemos en la fotografía, las hermanas de Vicente, Sabina y Cristeta, lo visitan en la cárcel.



Escenas lado norte.


En la siguiente fotografía, seguimos en el lado norte del cenotafio, se representa a Daciano dando la orden a sus soldados de perseguir a los tres hermanos que han huido.



Apóstoles en el lado norte.


Detalle de uno de los relieves con dos apóstoles que se disponen encima de las columnas de los ángulos del sarcófago. Son parte de un apostolado, en el cual aparecen los apóstoles de dos en dos y enmarcados por columnas y arquillos.



Apóstoles en el lado norte.




Lado norte, figura leyendo.


Sobre los capiteles que sostienen la arquería y el sarcófago, y entre los arcos se disponen una serie de relieves con monjes en actitud de "Ora et labora", vemos a monjes leyendo, copiando libros, rezando, tocando instrumentos, etc.



Lado norte.


Detalle de un monje leyendo un libro situado encima del capitel de la columna central que sustenta el sepulcro, en el lado norte.




Lado norte.


Detalle de un encuadernador.



Lado sur del cenotafio.


En la fotografía vemos el lado sur del cenotafio. Al igual que en el lado norte, tiene dos niveles, el primero, a modo de basamento, está decorado con una arquería lobulada con dobles columnillas con capiteles decorados con acantos. Por encima de éstos se representan los relieves de los apóstoles, evangelistas y personajes orando y trabajando (monjes rezando, copiando manuscritos, tocando instrumentos, etc.). Remata este primer nivel un tejadillo decorado con escamas, todo del mismo modo que hemos visto en el lado norte.



Lado sur del cenotafio.


En la parte inferior del baldaquino un gran friso decorado con escudos nobiliarios sobre fondo de grandes hojas doradas, al igual que hemos visto en el lado norte.



Escenas del lado sur del cenotafio.


Representadas las escenas del martirio de los santos desde el momento en el que son apresados hasta la construcción de la iglesia dedicada a su memoria.



Escenas del lado sur del cenotafio.


La primera escena de este lado sur representa el pasaje en el que los soldados desnudan a los santos, y los colocan en unas aspas para destrozarles las articulaciones.



Escenas del lado sur del cenotafio.


Tras descoyuntarles los huesos, los mártires son colocados en el suelo y tres personajes, entre ellos el judío que los ha delatado, con grandes maderos aplastan sus cabezas. En la parte superior las almas de los hermanos son llevadas por ángeles hasta Dios (representado por la Dextera Domini que los recibe).

En la siguiente escena se ve que de al lado de los cadáveres de los mártires surge una gran serpiente que se enrosca en el cuello del judío delator, el cual pide perdón y se convierte al cristianismo.



Escenas lado sur del cenotafio.


En la última escena se relata como el judío que había delatado a los mártires, en agradecimiento entierra sus cuerpos y construye un pequeño templo en su honor.




Apóstoles lado sur.


Como en el lado norte flanqueando la arquería se sitúan parejas de apóstoles, portando filacterias y libros.



Apóstoles lado sur.



Monje lado sur.


Detalle de un monje barbado, apoyado en un cayado con forma de tau, leyendo un libro situado encima del capitel de la columna central que sustenta el sepulcro, en el lado sur.



lector lado sur.


Detalle de un personaje leyendo, situado encima del capitel de la columna derecha que sustenta el sepulcro, en el lado sur.



Músico lado sur.


Personaje tocando un instrumento de cuerda, un arpa-salterio.



Lado oeste del cenotafio.


En los lados oeste y este presenta una arquería con dos arcos lobulados, sobre la que se encuntra un magnífico Pantocrátor.



Lado oeste del cenotafio.


En el oeste vemos la figura de un Pantocrátor rodeado de la mandorla, con un toro y un león a sus pies (símbolos de San Lucas y San Marcos). Debajo de Cristo y en medio de un doble vano trilobulado se sitúa la Rosa Juradera sostenida por un “atlante”. Este templo, junto a San Isidoro de León y Santa Gadea de Burgos, fue uno de los tres “templos juraderos” del reino de Castilla. Es decir, en ellos se realizaba el juramento para decisiones importantes para el Reino. Este rito fue prohibido por los Reyes Católicos en 1505. En la iglesia de San Vicente el lugar elegido para realizar el juramento era la “rosa juradera”.



Detalle del Pantocrátor.


En el centro aparece Cristo en Majestad con cabellos y barba blanca, flanqueado por los símbolos del Tetramorfos: el león de san Marcos, a la izquierda; y el toro de san Lucas, a la derecha.



Pantocrátor.


Cristo en Majestad bendice con su mano derecha, mientras en la izquierda sostiene un libro.



Detalle del atlante que sostiene la rosa juradera.



Apóstoles flanqueando al Pantocrátor.



Apóstoles flanqueando al Pantocrátor.



Laso este.


En el lado este podemos ver la escena de la Adoración de los Reyes Magos. Está distribuida en tres partes, los Reyes dirigiéndose hacia Belén, a la izquierda; la Epifanía en la parte central; y el sueño de los Reyes Magos, a la derecha. Las reliquias de los santos mártires estaban colocadas en la parte inferior del cenotafio, hoy en día se sitúan en el altar mayor.




Viaje de los Reyes Magos.


Los Reyes subidos en sus caballos se dirigen hacia Belén.



Epifanía.


Se representa a los tres reyes presentando sus presentes al Niño al que sostiene en sus rodillas la Virgen, sedente y coronada. Melchor inicia una genuflexión en señal de respeto, mientras, Gaspar y Baltasar esperan detrás de él. A la derecha, san José está ajeno a la escena, dormitando.



El sueño de los Reyes Magos.


Se representa a los tres Reyes Magos durmiendo juntos, siendo avisados por un ángel para que no regresen al palacio de Herodes.


La fuente canónica que habla de ellos, sin especificar otros datos que sí lo hacen, como son los Evangelios Apócrifos, es el Evangelio de san Mateo, en su capítulo 2:

"Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempo del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes de Oriente. – Dónde está el que ha nacido, rey de los judíos, preguntaron. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo. Cuando lo el rey Herodes se turbó y toda Jerusalén con él […]. Luego llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Los envió a Belén y les dijo: – Vayan e infórmense bien de ese niño. Tan pronto como lo encuentren, avísenme que yo también vaya y lo adore […]. Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino".




Estamos ante una verdadera joya medieval, obra maestra del tardorománico, de finales del siglo XII y principios del XIII, que ya anuncia la estética gótica.


Hasta aquí este pequeño estudio sobre este magnífico cenotafio romano. Espero que os haya gustado. Hasta el próximo vuelo.



BIBLIOGRAFÍA:


-DANIEL RICO CAMPS: “El románico de San Vicente de Ávila: estructuras, imágenes, funciones”,

-“Ávila patrimonio de la Humanidad”, Madrid, Coysesa, 1988.




-Noticia sobre la restauración del cenotafio: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/01/03/castillayleon/1199378426.html


-Arteguías: Cenotafio de la basílica de san Vicente de Ávila: https://www.arteguias.com/iglesia/cenotafiosanvicenteavila.htm

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