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Las pinturas románicas de la iglesia de los Santos Justo y Pastor. Segovia.


Segovia es una preciosa ciudad, cuyo centro es el famoso acueducto, pero además de esta magnífica obra hidráulica romana, hay otros monumentos dignos de tener en cuenta y que muchas veces pasan desapercibidos para muchos visitantes de la ciudad.


Este es el caso de la iglesia dedicada a los santos Justo y Pastor. Estos santos fueron martirizados en Alcalá de Henares, conservándose hoy en día sus restos en San Pedro el Viejo de Huesca. La iglesia está situada en la plaza de San Justo, en el actual barrio del Salvador.


En la fotografía, tomada desde lo alto del acueducto, vemos las dos iglesias del barrio del Salvador (antiguo del Cerrillo), a extramuros de la ciudad. Un barrio habitado en aquella época por pañeros: a la derecha y al fondo, la iglesia parroquial de El Salvador; y a la izquierda, la iglesia de los Santos Justo y Pastor, también conocida como San Justo.


Dejando el acueducto a mi espalda, me encaminé hacia la plaza de San Justo, lugar en el que se encuentra la iglesia en cuestión. Y allí estaba, un humilde templo que guardaba una grata sorpresa en su interior: unas magníficas pinturas románicas del último tercio del siglo XII.


Esta iglesia tuvo una galería abierta en el lado Sur, actualmente sustituida por un porche moderno que impide ver desde el exterior la fachada meridional original, que ha quedado en el interior de la iglesia.

La historia de San Justo y Pastor comienza a partir del siglo XI, cuando se realizó la repoblación de la ciudad, encargada por Alfonso VI a su yerno el conde Raimundo de Borgoña. A ella llegaron gentes desde Galicia, Asturias, León, La Rioja, etc, las cuales comenzaron a levantar numerosas iglesias en la ciudad, una de ellas la iglesia de San Justo.


Exteriormente es un modesto edificio, realizado en mampostería con hiladas de ladrillo, reservando la piedra para la torre y los vanos.


El ábside es muy austero, en el centro se abre un vano, la única decoración la encontramos en los canecillos de las cornisas laterales.


La torre, de planta cuadrada, tiene tres cuerpos. El primero de mampostería; el segundo con dos arcos de medio punto ciegos apoyados sobre columnas; y el tercero siguiendo la estructura del anterior pero con los vanos abiertos. Remata con un añadido del siglo XVII.


Fotografía cedida por J. A. Almería.

Ya hemos comentado que es un edificio románico del último tercio del siglo XII, construido en el lugar que anteriormente existía una pequeña ermita en donde se conservaba el Cristo de los Gascones.


En el hastial occidental se encuentra la portada de la iglesia, sobre la que se abre un ventanal de medio punto con columnas que apoyan en capiteles decorados. A ambos lados se abren óculos realizados muy posteriormente. Esta fachada estaba cubierta con una galería porticada; podemos ver las ménsulas de apoyo de la techumbre por encima de la puerta de entrada.

La portada tiene tres arquivoltas, decoradas con rosetones, excepto la central que se adorna con un baquetón, apoyadas en dos capiteles decorados con motivos vegetales y fantásticos.

En el interior de la iglesia me recibió Rafael, el encargado de enseñarla; el cual me contó, con gran emoción y sentimiento, la historia de esta pequeña ermita. Desde aquí quiero agradecer su gran amabilidad.


El interior es sencillo, de planta rectangular, con una nave única y cubierta de madera. En el lado del Evangelio se abren dos estancias, la más cercana a la cabecera es la antigua capilla donde se alojaba el Cristo de los Gascones, hoy ubicado en la segunda capilla, del siglo XVII. En el lado de la epístola se abre otra estancia donde se halla la pila bautismal.


En cuanto a la iluminación del templo, la cabecera presenta, a los lados, dos pequeños vanos abocinados y en su parte central una ventana de medio punto con arquivoltas y columnas con capiteles figurados. La vidriera con la Virgen y el Niño fue realizada durante la reforma de la iglesia.


Fotografía cedida por J. A. Almería.

Según cuenta la leyenda, la imagen del Cristo fue encontrada por gascones y alemanes, como todos querían la propiedad de la escultura, la colocaron encima de una yegua ciega y dejaron que el animal siguiese su camino, detrás de ella fueron numerosos “gascones” y alemanes. La yegua al llegar a Segovia se paró y muriendo a las puertas de la ermita de San Justo. Los peregrinos decidiendo guardar al Cristo en esa ermita y quedarse a vivir cerca de su Cristo.


Dicen que esta imagen realizó muchos milagros, sobre todo con hechos relacionados con la lluvia. En un primer momento se ubicó en la capilla que se encuentra debajo de la torre (la que tiene la portada de Santa Elena); pero en el año 1660 Juan Vélez de Arcaya construyó la capilla de la Santa Esclavitud del Cristo de los Gascones, sala en donde actualmente se sitúa la célebre escultura.


Se trata de un Cristo románico del siglo XII, de madera policromada con brazos articulados, pudiendo estar crucificado y con los brazos sobre el pecho, como Cristo yacente. Esta imagen servía para representar la Pasión de Cristo durante la Semana Santa en la misma iglesia, aún se conservan los orificios usados para colocar el Cristo crucificado en la bóveda del presbiterio. Hoy en día está en una urna de cristal, la cual es sacada en procesión todos los Viernes Santos.


Este Cristo ha sido utilizado por la compañía Nao de Amores, dirigida por Ana Zamora, para representar la obra “El misterio de los Gascones”. Se trata de una “recreación libre de la ceremonia litúrgica que debía representarse en la iglesia de San Justo, de Segovia, en tiempos medievales” (si os interesa en la bibliografía tenéis el enlace).


Fotografía: Zarateman.

Capilla que se encuentra debajo de la torre, donde antiguamente se ubicaba el Cristo de los Gascones. Al igual que ocurrió con las pinturas del ábside, el tímpano de esta portadita estaba oculto; siendo una grata sorpresa su descubrimiento y observar su excelente estado de conservación, en el que aún podemos observar restos de la policromía. Se puede fechar de finales del XII o principios del XIII.


Se abre en arco de medio punto rematado con ajedrezado jaqués. En la rosca del arco encontramos una preciosa decoración con entrelazados. Rematando en la dovela central una máscara. Se representa una escena en la que podemos ver a un obispo con pontifical y báculo, y a su lado tres figuras femeninas que llevan en sus manos recipientes de vidrio o redomas. La situada más a la derecha está ricamente vestida portando corona. A la derecha de la escena un ángel portando un incensario que mueve sobre un altar situado a su derecha, sobre el cual podemos ver una cruz patada bajo un arco. Puede ser la representación de Santa Elena y su corte, cuando descubrió la Vera Cruz, y el obispo pudiera representar al obispo Macario de Jerusalén.


También se ha querido ver en esta escena las tres Marías ante la tumba de Cristo, ya que al ser la puerta de entrada a la capilla donde en un primer momento se ubicaba el Cristo de los Gascones, el tema pudiera tener relación, ya que en el interior se hallaba el sepulcro de Cristo.


En la capilla abierta en el muro sur podemos ver la Portada meridional del templo, en cuyo interior se sitúa la pila bautismal. La portada se situaba en el exterior del templo, pero al construirse un pórtico en la fachada meridional, esta entrada quedó dentro del templo.


Fotografía cedida por J. A. Almería.

Dejo para el final la parte más interesante: las magníficas pinturas románicas, que colocan a esta iglesia en primera línea de la pintura románica en España.


El presbiterio se abre a la nave a través de un gran arco de triunfo. Cubriéndose con bóveda de cañon y cabecera con bóveda de horno, totalmente decorada con pinturas realizadas en el último tercio del siglo XII. En ellas se puede observar varias manos, una más arcaica que pintaría las escenas del arco de entrada con pasajes del Génesis; y las del ábside, mucho más cuidadas y avanzadas, incluso algunos personajes salen del marco en que están representadas las escenas, como ocurre con el episodio de San Pedro y Malco.


En el año 1964, parte de la bóveda del templo se derrumbó, y al restaurar la iglesia se descubrió que el ábside, hasta ese momento encalado y tapado por un gran retablo barroco, estaba cubierto por bellas pinturas románicas. Si nos fijamos en la parte izquierda del arco triunfal podemos observar la representación de una última Cena, lo cual significa que toda la iglesia estaba cubierta de pinturas, desgraciadamente esta es la única escena que se conserva en la nave.


Según Daniel Galindo el “programa iconográfico de San Justo muestra la historia de la salvación desde el Génesis hasta la Segunda Venida de Cristo”. No debemos olvidar que las iglesias se pintaban para que los fieles recogieran el mensaje que en ellas se plasmaba.

En el cascarón del ábside se representa el Apocalipsis de San Juan. En el centro y rodeado por la mandorla, vemos a Cristo en Majestad, flanqueado, por ambos lados por los veinticuatro ancianos del Apocalipsis que portan redomas y rabeles, doce a cada lado. La representación de los ancianos es totalmente novedosa en el interior de un ábside. En las cuatro esquinas tenemos los símbolos del Tetramorfos: San Mateo (ángel), San Juan (águila), San Lucas (buey) y San Marcos (león).

Detalle del Pantocrator rodeado por la mandorla, bendiciendo con su mano derecha mientras lleva el Libro de la Vida en la izquierda; a su alrededor los veinticuatro ancianos con sus coronas.

En la parte superior de la bóveda de cañón se representa un Agnus Dei rodeado por un círculo azulado o clípeo, sostenido por dos ángeles. A ambos lados del símbolo del Cordero Místico, dos escenas algo confusas, la del lado norte se ha identificado con un pasaje de la vida de San Gil; la contigua pudiera tratarse de la representación de santos mártires (más tarde lo comentaremos).


El intradós del arco de entrada al presbiterio se decora con temas del Génesis (Pecado Original, Caín y Abel, la creación de los peces…). Estas pinturas son más toscas que el resto.


Detalle del conjunto de pinturas de la parte superior de la bóveda.

Detalle de la escena que se ha identificado con el llamado “Milagro de la misa de San Egidio o San Gil”, en el cual el emperador Carlomagno arrepentido de su pecado de incesto, escribió en un papel su gran falta, dejándolo en el cáliz que San Gil iba a utilizar en la misa. Durante la ceremonia lo que había escrito se borró, señal del perdón divino.

En el lado de la derecha, ya hemos comentado, que se representa a dos santos, para algunos se trata de san Justo y Pastor; pero hay que tener en cuenta que éstos fueron martirizados cuando eran niños, y en este caso los representados son adultos. Otra interpretación pudiera ser la evangelización del mensaje de Cristo. En el centro Cristo con un libro entre las manos al que un joven se dirige, más a la derecha se identifica al apóstol Santiago portando concha de peregrino y una palma de martirio, junto a otro joven. A la izquierda se representan varios personajes que no han podido ser identificados. En definitiva esta escena no está resuelta, ya que hay muchas conjeturas.


En la parte inferior del lado izquierdo se puede observar la última Cena. A la izquierda, en el intradós del arco triunfal, vemos a Caín y Abel. Tanto la escena de la Cena como la del Prendimiento de Cristo (que luego veremos), son las pinturas más interesantes de todo el conjunto.


En el lado derecho, en la parte inferior, escena del Prendimiento de Cristo, con el beso de Judas y San Pedro cortando la oreja a Malco. Estas pinturas tienen gran fuerza expresiva y perfección técnica.


A la derecha, en el intradós del arco, la representación de Adán y Eva con la serpiente, de técnica, como ya hemos comentado, más tosca.


En la parte inferior del Prendimiento se puede ver otra inscripción: “…DA PINTOR FE…”


En el muro del ábside, en la parte inferior del Cristo en Majestad, vemos dos escenas relacionadas con el Calvario. A la izquierda la escena de la Crucifixión, en donde se representa a Cristo en la Cruz, sobre la cual vemos dos ángeles con incensarios y las representaciones del Sol y la Luna; en los extremos María y San Juan contemplan cómo Longinos lancea a Cristo, y el soldado Estéfanos le ofrece la esponja con hiel y vinagre.


A la derecha el Descendimiento, representado entre el Sol y la Luna. Esta escena está sin terminar, incluso el pintor ha escrito: “NON POTEO FACERE PINTURAS”. En esta escena aparecen José de Arimatea, Nicodemo, San Juan y las santas Mujeres.


No podemos pasar por alto la talla gótica de Cristo crucificado que se encuentra en el altar, fechable entre los siglos XIII-XIV.


Hasta aquí la pequeña historia de esta sorprendente iglesia, que encierra las mejores pinturas románicas de la provincia de Segovia y del arte pictórico románico español. Espero que os haya gustado.


Y si visitáis Segovia acercaros a conversar con Rafael y contemplar esta magnífica obra de arte. Por supuesto antes o después de comeros un delicioso cochinillo.


Para finalizar el trabajo os dejo un precioso vídeo realizado por Iconos Medievales: “Las miradas de San Justo y Pastor (Segovia).


BIBLIOGRAFÍA:


-MARQUÉS DE LOZOYA: “Las pinturas románicas en la iglesia de San Justo”, Segovia, C.A.M.P.S., 1966


-MATILDE AZCÁRATE LUXÁN: “Las pinturas murales de la iglesia de San Justo y San Clemente de Segovia”, Segovia, Caja de Segovia, 2002.


-DANIEL GALINDO JIMÉNEZ: “San Justo de Segovia: una nueva interpretación iconográfica en el contexto de la dedicación de una iglesia”, 2008:

“http://www.romanicodigital.com/documentos_web/documentos/C24-6_Daniel%20Galindo.pdf


-A.GARCÍA OMEDES: “La guía digital del arte románico”: http://www.arquivoltas.com/26-segovia/01-SegoviaSanJusto1.htm


-SIRA GADEA: “Viajar con el Arte”:

http://viajarconelarte.blogspot.com.es/2013/09/la-iglesia-de-los-santos-justo-y-pastor.html


-Historia del Cristo de los Gascones:

http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.php?ID=400


-Representación del misterio del Cristo de los Gascones por la compañía Nao d’amores: http://www.naodamores.com/marcos/Dosier%20Cristo/dosier%20cristo%20presentacion.html

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