El monumento a los Sitios. Zaragoza.
Con motivo del centenario de los Sitios de Zaragoza se pensó en conmemorar estos episodios tan históricos para nuestra ciudad. La Exposición Hispano-francesa se llevó a cabo desde el 1 de mayo al 6 de diciembre de 1908. Esta Exposición empezó a organizarse en el año 1907 por una Comisión Ejecutiva, formada por el alcalde señor Alejandro Palomar; el señor Jardiel, presidente de la Economía; y el señor Basilio Paraíso, presidente de la Cámara de Comercio; eligiéndose la zona de la Huerta de Santa Engracia, junto al Huerva, en el sureste de la ciudad, para situar allí esta Exposición.
Cartel de la Exposición Hispano-Francesa de 1908. Fotografía de Coyne. A.H.P.Z.
Ya desde hacía años se tenía en mente realizar un monumento dedicado a los Sitios de Zaragoza; y este fue el momento adecuado para ejecutarlo. En mayo del año 1906 se convocó un concurso nacional para realizar “un monumento conmemorativo de los Sitios de Zaragoza”. Y la Comisión de Obras del Centenario de los Sitios de la ciudad, terminó encargando al escultor de Tortosa Agustín Querol, autor también del monumento a los Mártires de la plaza de España de Zaragoza, su construcción. Con este escultor había una deuda, ya que Querol había realizado gratis el el mencionado monumento a los Mártires de la plaza de España.
Fotografía del escultor Agustín Querol i Subirats, realizada por Kaulak.
El 6 de agosto de 1907 se reunió el escultor con la Comisión, siendo entonces alcalde de la ciudad don Antonio Fleta. Querol había presentado tres proyectos; y según dijeron los miembros de la Comisión: “Todos constan de un amplio basamento, de una columna cuadrada y de un grupo que corona el monumento. Al pie de la columna hay varias figuras que representan a los héroes y heroínas de Zaragoza. La elección será muy difícil porque todos los bocetos son magníficos e igualmente expresivos. Se ha presupuestado la cantidad de 250.000.pesetas para costear el monumento. Sin embargo, este coste parece muy exiguo para ejecutar cualquiera de los cuatro bocetos”.
Finalmente se eligió el que hoy podemos contemplar; y se decidió ubicarlo en el centro del recinto de la Exposición Hispano-Francesa, pasando a llamarse esa Plaza: la “Plaza de los Sitios”. La obra estaba valorada en 150.000 pesetas. El 10 de octubre de 1907 el escultor pedía al ayuntamiento bronce para poder realizar parte de las esculturas del monumento, la obra estaba en marcha.
La escalinata y el zócalo fue realizado por los arquitectos Rocañín y Ricardo Bayod.
Fotografía realizada por Coyne. A.H.P.Z.
El 22 de marzo de 1908 se coloca la primera piedra, bendecida por el arzobispo Soldevilla. En el acto se leyó el acta que se colocó en una caja de plomo, junto con monedas de los años 1878, 1899, 1903, 1904, 1905 y 1908; así como un ejemplar de cada periódico local y del semanario “El Pilar”. Colocando el alcalde don Antonio Fleta, en una tarde lluviosa, la caja de plomo dentro del espacio realizado para el acto.
Finalmente el 28 de octubre de ese mismo año a las 11’30 de la mañana se inauguró el monumento, aún sin finalizar, con la presencia de los reyes de España Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, don Antonio Maura, el señor Moret y el artista Agustín Querol.
En la fotografía, qué no pertenecen al día de la inauguración, vemos a una serie de autoridades visitando la Exposición Hispano-francesa, pasando por la zona donde estaba el monumento a los Sitios, aún sin acabar.
Fotografía de Coyne. A.H.P.Z.
El lugar elegido para colocar el monumento fue el centro de la gran avenida principal del recinto de la Exposición Hispano-francesa, en su momento llamada Plaza de Castelar; posteriormente de los Sitios; tras la guerra Plaza de José Antonio; y hoy en día nuevamente Plaza de los Sitios.
Fotografía de Coyne. A.H.P.Z.
El monumento en la entonces llamada Plaza de José Antonio; en la que vemos aún en ella el Kiosko de la música, realizado por los hermanos Martínez de Ubago para la misma Exposición Hispano-francesa de 1908; en el año 1912 se trasladó al Paseo de la Independencia; volviendo a la plaza de los Sitios en el año 1924; y finalmente en los años 60 del siglo XX colocado en el Parque Grande José Antonio Labordeta, donde hoy se encuentra.
Fotografía de los años 60 del siglo XX, realizada por García Garrabella. A.H.P.Z.
El historiador del arte Julián Gallego define a esta escultura de una forma muy curiosa: "Es rugosa y contorsionada como un jarrón de vidrio de Gallé, elegante como un frasco de perfume con tapón de Lalique".
Tras realizar una pequeña historia del monumento y del momento histórico en que se construyó; describiremos esta magnífica escultura. El monumento se alza sobre un alto zócalo con dos escalinatas semicirculares en el frente y en la parte posterior (lados este y oeste); sobre el que se eleva un alto pedestal, en el cual se disponen esculturas en piedra y en bronce, desde bajorrelieves, altorrelieves y figuras de bulto redondo.
Agustín Querol cuando hizo este monumento pudo basarse en su obra “Monumento de los españoles”, de 1900, realizado para Buenos Aires (Argentina).
Frente del monumento, en el que se representa un esbelto pilar en cuya parte superior se muestra airosa una figura femenina, bajo la cual podemos leer claramente la inscripción de PATRIA. Debajo de esta inscripción se desarrolla la escena en la que el general Palafox a caballo y con el sable en su mano derecha, en un espléndido bajorrelieve en piedra, dirige al grupo de héroes desconocidos que lo siguieron hasta la muerte. Como telón de fondo, el bajorrelieve de la Torre Nueva, tallada en piedra. La cual jugó un papel importantísimo en esta lucha por salvar la ciudad; ya que la torre se usó para vigilar los movimientos de las tropas francesas y con sus campanas avisar de los momentos de peligro.
Detalle del General Palafox, en piedra; y bajo éste, el grupo de héroes, en bronce y en bulto redondo, dirigidos por Agustina de Aragón.
El grupo con Palafox y Agustina de Aragón vistos de frente. Bajo sus pies, paisanos muertos en la defensa del Portillo.
Agustina de Aragón, representada en la batería del Portillo, lleva en su mano derecha el botafuegos con el que encenderá el cañón que se encuentra a su lado; en el brazo izquierdo la cesta de víveres que llevaba a los defensores de la zona; y en su mirada toda la rabia y la valentía que en esos momentos sentía. Tras ella los defensores de Zaragoza siguiendo a la famosa heroína.
Debajo del conjunto una lápida de bronce decorada con flores y palmas con la siguiente inscripcción: “LA PATRIA A SUS HÉROES 1808-1809”.
En la parte derecha del monumento se narra la lucha y defensa de los conventos de San Lázaro y Santa Isabel. Los franceses bombardearon estos conventos, y los zaragozanos estuvieron sujetando esas puertas para evitar que el enemigo ganara terreno. Los defensores, vestidos de baturros, con sus brazos sujetaban las pesadas puertas. No consiguieron salvar los lugares, ya que los franceses derribaron puertas y muros y al final entraron, encontrando un numeroso grupo de baturros muertos aún sujetando las puertas abatidas. Este grupo es excepcional, está esculpido en piedra, con gran realismo.
En la parte inferior un grupo de mujeres, en bulto redondo y en bronce, lloran a sus muertos.
Detalle de la parte inferior con el grupo de mujeres con sus hijos llorando a los valientes muertos.
Detalle de los baturros sujetando las puertas de los conventos de Santa Isabel y San Lázaro. Magistral conjunto, en el cual vemos un gran realismo y dramatismo del hecho histórico.
La parte superior de ese lado remata con una gran rama de cardo.
Parte posterior del monumento, en lo alto, el bajorrelieve en piedra de la Virgen del Pilar, bajo él, un grupo, en bronce, de mujeres (para algunas la condesa de Bureta y sus sirvientas) arrastrando un cañón; y en la parte inferior, una lápida de bronce, similar a la comentada anteriormente.
Detalle de las mujeres (¿Condesa de Bureta?) arrastrando un pesado cañón. Vemos en este grupo, bajorrelieves, relieves, y figuras de bulto redondo realizadas en bronce.
Bajorrelieve, apenas visible de la imagen de la Virgen del Pilar, debajo de la cornisa del monumento. Es un símbolo de la presencia de la Virgen que acude en ayuda de los defensores de la ciudad.
En la parte izquierda del monumento, en lo alto y esquinada una gran águila rodeada de decoración en relieve, domina las ruinas de la ciudad que si sitúan en la parte inferior de la columna.
En lo alto del monumento una gran estatua de bronce representando a una mujer, que para muchos es el símbolo de la Patria (por la inscripción que hay a sus pies). Va vestida con un largo vestido que se pliega con el viento y enérgicamente extiende su brazo derecho hacia la ciudad, mientas con el izquierdo sujeta el escudo de Zaragoza. También puede ser la representación de la ciudad de Zaragoza que lamenta el destino de sus ciudadanos, cuya representación está a sus pies, con el baturro muerto cubierto por una bandera y laureado, símbolo de la gloria, el patriotismo y la fe.
Vídeo de Joaquín Carlos Collado Elhombre, donde podéis ver con detenimiento las figuras de este monumento, acompañado por el himno “Los Sitios de Zaragoza”, obra de Cristóbal Oudrid realizada en el año 1848.
BIBLIOGRAFÍA
-RINCON, Wifredo : Un siglo de escultura en Zaragoza (1808-1908),Zaragoza, CAZAR, 1984, pp. 205-210.
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-MANUEL GARCÍA GUATAS: “Zaragoza monumental: un siglo de escultura en la calle”: http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/29/58/04garciaguatas.pdf