EL PALACIO DE LA ALJAFERÍA. ZARAGOZA
Este magnífico edificio es el resultado de una dilatada historia llena de cambios, reformas y ampliaciones a través de los tiempos, por ese motivo podemos encontrar en él estilos artísticos tan diversos. Hay que distinguir tres etapas constructivas principales, y la adecuación final como cuartel en el siglo XIX: el palacio musulmán del siglo XI; las reformas llevadas a cabo por los reyes cristianos en estilo mudéjar; y por último el edificio realizado en tiempos de los Reyes Católicos en el siglo XV. Es uno de los pocos ejemplos de arquitectura civil taifal en Occidente. Por ello os animo a visitarlo a los que no lo conozcáis, es una verdadera maravilla.
En la primavera del año 714 las tropas musulmanas de Muza Ibn Musayr someten a la ciudad, que pasa a formar parte del Califato omeya de Damasco y del, por entonces, Emirato Dependiente de Córdoba, siendo capital de la Marca Superior de Al Andalus.
A principios del siglo XI (1030), tras la caída del Califato cordobés, la ciudad se erige como capital del reino independiente o taifa de Saraqusta. Fue gobernada por la familia de los Tuyibies y después por los Banu-Hud (Hudís).
El palacio primitivo fue construido por un componente de la dinastía de origen Beréber, la hudí: Abu Yafar Ahmad Ibn Sulayman (al Muqtadir), segundo monarca de la dinastía de los Banu Hud. Yafar (reinando entre 1046 y 1082). De su nombre deriva el nombre de Aljafería: de Yafar, vino al-Yafariyya, después Aljafaria y por último Aljafería. El palacio se construyó al oeste de la ciudad, en un terreno llano, rodeado de huertas y acequias. Era un lugar de recreo para los reyes de Taifas, conocido como el palacio de la alegría.
La parte más antigua es la conocida como Torre del Trovador, de finales del siglo IX, esta torre fue integrada en el palacio musulmán erigido en el siglo XI, uno de los ejemplos más importantes del arte hispanomusulmán.
En el interior, en el eje central en dirección Norte-sur, se ubican los espacios residenciales del palacio taifal, de gran belleza ornamental. La Aljafería entronca con los palacios sirio-omeyas del desierto. Las partes más destacadas que integran el palacio musulmán del siglo XI son: los salones del pórtico norte (salón de oro o salón de los mármoles; varias alcobas privadas, el oratorio o mezquita; el patio de Santa Isabel; y las salas del pórtico sur).
En 1118 cuando Alfonso I el Batallador reconquista la ciudad, la Aljafería pasó a ser residencia de los reyes cristianos, durante años se realizaron numerosas obras de ampliación y acondicionamiento del edificio. El período constructivo más importante fue en la época de Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387), construyéndose el palacio mudéjar, y las capillas de San Martín y San Jorge (ésta destruida en 1867). En esta época el edificio era el principal punto político de Zaragoza.
En 1486 la Inquisición se establece en él y la torre del Trovador se convirtió en prisión. Dos años más tarde los Reyes Católicos reformaron el edificio (1488 y 1495), construyendo un suntuoso palacio en el ala norte, encima del antiguo palacio islámico. Es, en este momento, cuando se realizaron los suntuosos artesonados (Salón del Trono, Sala de Santa Isabel, Sala de las Deliberaciones y Sala de Pedro IV), con decoraciones geométricas y vegetales, con los emblemas de los Reyes Católicos, pero destruyendo parte del palacio medieval así como la cubrición de la mezquita.
En 1591, Felipe II fortificó todo el recinto, el proyecto fue diseñado por Tiburcio Spanochi, y realizó asimismo, un foso que hoy en día aún se conserva.
En el siglo XVIII, el edificio fue utilizado como cuartel, y en 1862 dejó de ser Patrimonio Real para ser propiedad del desaparecido Ministerio de la Guerra. Esto produjo una reforma total del edificio, que dañó numerosos restos histórico-artísticos. En el exterior se reformó la fachada principal, y en las esquinas se colocaron cuatro torreones neogóticos, de los que hoy en día se conservan dos.
En abril de 1866 se trasladó al Museo de Zaragoza y al Museo Arqueológico Nacional de Madrid (hoy en día en la aljafería en el salón San Jorge de las Cortes ), algunos restos artísticos del palacio musulmán, como yeserías, capiteles o arcos, cuya integridad peligraba. El 4 de junio de 1931 el edificio es declarado Monumento Nacional de Interés Histórico-Artístico.
En 1947 el arquitecto Francisco Iñíguez Almech comienza la restauración del antiguo palacio, aún propiedad de las Fuerzas Armadas, tras fallecer Iñíguez, la continuó Angel Peropadre hasta el año 1985. En marzo de 1980 el palacio fue adquirido por el Ayuntamiento de Zaragoza, decidiendo tres años más tarde instalar en él, el Parlamento Autónomo Aragonés, comenzándose las obras de adecuación años después. Este proceso de rehabilitación, dirigido por los arquitectos Luis Franco y Mariano Pemán, se prolongó hasta el año 1998.
Finalmente el 14 de diciembre de 2001 el Palacio de la Aljafería fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO al ser considerado uno de los principales ejemplos del arte mudéjar aragonés.
A todos os animo a conocer este espléndido edificio, lleno de historia y desgraciadamente no muy conocido fuera de nuestra ciudad. Como ya he comentado al principio, es uno de los edificios más importantes del arte hispano-musulmán, que influirá posteriormente en los Reales Alcázares de Sevilla y en los palacios nasrís de la Alhambra de Granada.
Bibliografía:
G. Fatas y G. Borrás: Zaragoza musulmana, en "Guía histórico-artística de Zaragoza", Ayuntamiento de Zaragoza. 2008.
Pedro Sobradiel: " La arquitectura de la Aljafería". Diputación General de Aragón, Colección Estudios y Monografías. Zaragoza, 1998.
Os pongo el enlace de la Diputación por si queréis saber horarios, etc.:
http://www.cortesaragon.es/La-Aljaferia.47.0.html?&no_cache=1
En este enlace encontraréis un plano de la Aljafería musulmana, pinchando en cada apartado os sale la explicación de las distintas estancias: http://www.enciclopedia-aragonesa.com/monograficos/historia/los_musulmanes_en_aragon/multimedia/mapas/plano_aljaferia.html.
El exterior estaba formado por una muralla, reconstruida en la última reforma del edificio, así como los seis torreones que cubren la muralla del lado Este, dándole el aspecto que pudo tener originariamente el palacio árabe.
Fotografía: Turol Jones. Flickr.
Foso: Diseñado por Tiburcio Spanochi, en tiempos de Felipe II (1592-93), se rodeó el edificio de una barrera en talud y un amplio foso.
En la fotografía la torre del Homenaje o del Trovador, del siglo IX, El recinto amurallado reaprovechó una torre de época prehudí, de planta rectangular, dispuesta en el lienzo norte y conocida en la actualidad como “torre del Trovador”, fue también antigua prisión, y fuente de inspiración de la obra de teatro del Trovador de Antonio García, y posterior opera de Il Trovatore de Verdi.
Fotografía: zaragozaturismo.Flickr.
Parte posterior y fachada oriental. La verdadera obra de transformación para acuartelamiento se llevó a cabo con la reforma de 1772, durante el reinado de Carlos III, básicamente es la estructura que se conserva, exceptuando los cuatro torreones neogóticos, que se añaden a partir de 1862.
Fotografía: Gonzalo Iza. Chalo84. Flickr.
Entrada principal. Se abre entre dos torreones, tiene arco de herradura doble. Por encima un friso de arcos de medio punto entecruzados (obra de la restauración), y por encima de éstos una galería con arcos carpaneles y doblados, de época de los Reyes Católicos. Para Iñíguez tanto esta puerta como todo el recinto amurallado con los torreones pueden ser anteriores al siglo XI.
Fotografía: Turol Jones. Flickr.
El primer patio que encontramos al traspasar la puerta de entrada es el Patio de San Martín, de época de Pedro IV, siglo XIV. Donde se encuentra la iglesia de San Martín.
Fotografía: Jacqueline Poggi. Flickr.
En el lado norte del patio de San Martín, se sitúa la iglesia del mismo nombre, esta iglesia gótico-mudéjar, se realizó en el siglo XIV, bajo el reinado de Pedro IV. Consta de dos naves con bóvedas de crucería simple, la decoración mudéjar se observa tanto en el interior como en el exterior, con su portada mudéjar de ladrillo, que por sus características es posterior al reinado de Pedro IV (hoy es la biblioteca de las Cortes de Aragón).
A la derecha se observa la torre del siglo XIV, que antes de la restauración de Íñiguez estaba embutida en una torre barroca-neoclásica, sin ningún valor.
Desde este patio se accede por un gran arco de herradura al llamado Patio de Santa Isabel.
Fotografía: Rosapolis. Flickr.
Del patio de San Martin se pasa al patio de Santa Isabel, patio con estructura tripartita (salón principal y dos alcobas laterales): de planta rectangular, a cielo abierto, con albercas en los lados cortos y pórticos con diferentes decoraciones que lo rodean. Es el elemento que unifica a todo el palacio musulmán.
Fotografía: Escarlati. Wikipedia.
Detalle arcos polilobulados y entrecruzados del Patio de Santa Isabel.
Fotografía: Rufino Lasaosa. Eclipse inmobiliaria. Flickr.
Detalle del Patio de Santa Isabel, vista posterior: galería del palacio de los Reyes Católicos en la parte superior. Detalle de los pórticos oriental y occidental del patio (palacio mudéjar de Pedro IV, siglo XIV); a la izquierda arranque de la escalera real que comunica con la segunda planta, conocida como de los Reyes Católicos.
Fotografía: WojteK Gurak. Flickr.
Salón de Dorado o de los Mármoles. Situado en el centro de la zona norte, es un gran salón rectangular, lamentablemente casi toda la decoración de yeso de sus paredes ha desaparecido. Lo más interesante son los arcos mixtilíneos, los cuales tienen su consolidación arquitectónica por vez primera en la Aljafería, siendo éste el gran aporte de la Aljafería a las futuras construcciones musulmanas y mudéjares.
Fotografía: Escarlati. Wikipedia.
Salón Dorado. En esta zona norte, hay una estructura tripartita, la parte central es este gran salón rectangular, a ambos lados de él, dos estancias de planta cuadrada. A oriente de la alcoba derecha del pórtico se sitúa el oratorio o mezquita del palacio. La restauración de este patio se ha realizado tomando como modelo los de Madinat al-Zahra de Córdoba.
Al fondo, arcadas del patio de Santa Isabel.
Fotografía: Wojtek Gurak. Flickr.
El Oratorio del palacio está ituado en el flanco oriental del pórtico norte. En la fotografía vemos la puerta de entrada en arco de herradura y salmer convexo, profusamente decorado, en cuyo intradós se observa una preciosa ornamentación de ataurique. Sobre él, arcos de medio punto entrecruzados.
Fotografía: Jaqueline Poggi. Flickr.
Oratorio. De planta cuadrada, en altura octogonal, en el lado sureste se abre, en arco de herradura, el nicho del mihrab. Este oratorio era privado del príncipe y su corte, aunque anterior a éste existió otro. Alrededor una primera planta de arcos mixtilíneos, entrelazados en sus claves, ornamentados con un finísimo ataurique. Separa esta parte de la superior un friso con una leyenda cúfica.
Fotografía: Trevor. Huxham. Flickr.
Oratorio. En la parte superior, una galería de arquillos lobulados con restos de decoración pictórica. Es el cuerpo por donde entra la luz natural, a través de ventanas geminadas con celosías que dan al exterior. La cúpula fue diseñada por el arquitecto-restaurador Francisco Iñíguez en la restauración del siglo XX, ya que la original fue arrasada en el siglo XV al construirse el palacio de los Reyes Católicos. El modelo que se tomó para su reconstrucción fue el existente en la maqsurah de la mezquita de Córdoba.
Fotografía: Jacqueline Poggi. Flickr.
Arquería pórtico sur (originales). Las dependencias de esta zona sur, tendrían la misma estructura que las de la zona norte (estructura tripartita, con salón central y dos alcobas laterales), pero fueron destruidas cuando se edificó la capilla de San Jorge (derruida a su vez en el siglo XIX, bajo el reinado de Isabel II). La arquería que hoy se puede ver in situ, es una reconstrucción llevada a cabo por Francisco Iñíguez en el siglo XX, copiando los únicos restos que quedan de esta zona repartidos en el Museo Provincial de Zaragoza y hasta hace poco en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (hoy depositadas en la sala de San Jorge).
En la fotografía uno de los arcos que se conservaban en el Museo Arqueológico de Madrid, y que desde el año 2008 están en la Aljafería. Esperamos y deseamos encarecidamente que se queden en su casa, que es donde deben de estar.
Fotografía: Jacqueline Poggi. Flickr.
Escalera noble: realizada en el siglo XV, para acceder a las estancias de los Reyes Católicos. El palacio está situado en la planta superior del pórtico norte del palacio musulmán. Es de destacar la decoración tallada en yeso de los ventanales de la escalera, de estilo gótico de los Reyes Católicos, sin duda realizados por yeseros mudéjares.
Fotografía: Jacqueline Poggi. Flickr.
Escalera noble: Es digna de mencionar la techumbre pintada al temple, con bovedillas de revoltón transversales, dispuestas entre las vigas del techo y decoradas con motivos representativos de los Reyes Católicos (yugos y flechas sobre recuadros de fondo azul, y decoración en grisalla con grutescos y candelieri).
Fotografía: Eclipse Inmobiliaria. Flickr.
Entrada lateral al salón del trono: realizada por yeseros mudéjares, en estilo gótico Reyes Católicos.
Fotografía: Jacqueline Poggi. Flickr.
Salón del Trono:, el elemento más destacado es la techumbre de madera tallada, dorada y policromada, compuesta de vigas y traviesas decoradas con lacerías y estrellas de ocho puntas. Casetones con el yugo y las flechas, emblemas de los Reyes Católicos, motivos vegetales (piñas símbolo de fertilidad e inmortalidad). Este artesonado es uno de los conjuntos más excepcionales de la carpintería mudéjar aragonesa.
Fotografía: A. Martín del Pozo. Flickr.
Artesonado del Salón del Trono. Bajo él propio artesonado, una galería de arcos conopiales, y debajo de ellos un friso con una inscripción en latín glorificando a los Reyes Católicos. Realizado por Faraig de Gali, Mahoma Palacio y Brahem Muferrich, en 1493.
Fotografía: Jacqueline Poggi. Flickr.
Taujel de la cámara conocida como de Santa Isabel. Presenta bovedillas cuadradas pintadas al temple, en amarillo y azul, con alegorias a los Reyes Católicos (yugos y flechas). Una inscripción gótica recorre toda la parte baja de la techumbre.
Fotografía: Turol Jones. Flickr.